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Liga BBVA | El carrusel

Cristiano dibujó una historia del fútbol antiguo

El Clásico no defraudó a nadie. Brillaron Messi y Cristiano, aparecieron los dos estilos contrapuestos que dominan nuestro fútbol, surgió el espíritu de dos grandes rivales que se miraron de tú a tu. Los ocho puntos de ventaja se mantienen como si el empate supusiera una tregua para todos. Aún quedan batallas por librar.

Cristiano Ronaldo
afp

La figura del 'padrino' en el fútbol africano

Como en el resto de aspectos, África es un territorio por descubrir en el mundo del fútbol. No hay un control exacto. Desenvolverse es costoso. De ahí que los agentes y representantes de la zona sean casi padrinos de los futbolistas, más que mánagers. Es lo que le sucedió al levantinista Obafemi Martins. El agente Churchill Oliseh lo captó en Lagos y lo enroló en el Ebedei, conjunto íntegramente compuesto por clientes suyos. Con 16 años lo movió a Italia y desde entonces perdura su periplo europeo. Pero hay casos que van más allá. El propio Oliseh, por ejemplo, adoptó niños con el fin de que fueran futbolistas. Y lo ha conseguido con Sekou (CSKA). Todo un padrino.

El particular planeta del futbolista zurdo

Los futbolistas zurdos son menos que los diestros y eso les convierte en especiales. Hay que quererlos. Mimarlos. Paco Jémez lo sabe bien y ha poblado su equipo de ellos: Casado, José Carlos, Piti, Leo Baptistao, Adrián... Por lo general son jugadores con más clase que trabajo, más calidad que esfuerzo. Al técnico canario no le importa. De ahí el aroma a buen fútbol pero también a poca garra que desprende este Rayo. Dos de esos violinistas, José Carlos y Piti, sacaron de sus piernas izquierdas el talento con el que derrotar al Depor. Con tanto zurdo junto no hay que sorprenderse de los vaivenes del equipo. Es su naturaleza. Son brillantes. Son perezosos.

La ilusión de un hijo puede con el rigor de una madre

El Atlético logró tres puntos de oro en el estreno de Emre Belozoglu como titular en esta Liga. El turco se asienta poco a poco en los esquemas de Simeone. Calidad tiene de sobra. No en vano, se le apodó el Maradona del Bósforo cuando llegó al Inter siendo aún muy joven. Pero no ha sido tan fácil el camino hacia la élite del nuevo futbolista del Atlético. Su madre nunca quiso que fuera jugador. De hecho, siempre apostó porque cursara una carrera universitaria y tuviera otras miras. El fracaso del hermano mayor de Emre en este mismo aspecto hacía dudar a su progenitora. Sin embargo, la ilusión de Emre hizo que su padre le apuntara al modesto Zeytinburnuspor, donde comenzó a gestarse su nombre. De allí al Calderón. Y su madre, tan contenta.

Líderes de tan sólo 19 años y 293 días

Se fue Javi Martínez y se irá, según parece, Llorente. Muchos motivos para el lamento en San Mamés, pero no suficientes. De entre todos los jugadores que ayer disputaron el Athletic-Osasuna el más joven fue Muniain, de 19 años y 293 días. Un imberbe que, sin embargo, celebró a tan tierna edad su partido 100 en Primera. Sólo Raúl tardó menos en llegar a dicha marca. Sí, Raúl. Hablar de talentos tan precoces indica siempre una capacidad de liderazgo al alcance de muy pocos. Raúl fue el líder del Madrid durante muchos años. Desde muy joven abanderó un equipo y un vestuario en el que se acabó por imponer. Algo muy similar a lo que empieza a suceder con Iker. Su tiempo como canterano prometedor deja paso a otro mucho más profuso y exigente. Le toca liderar a un conjunto histórico y de relevancia, un club añejo que ya está en manos de un veinteañero como en su día lo estuvo el Madrid en las de Raúl. Ha nacido un nuevo cabecilla en La Catedral. Adiós Javi Martínez. Hasta luego Llorente. Hola Muniain.

Canteranos con traza de grandes estrellas

El joven Marc Fernández volvió a tener minutos sueltos con el Mallorca. El jugador del filial, ex de Sabadell y Cartagena, representa bien lo que a día de hoy supone dar la alternativa a un joven de la cantera. Supone, entre otras cosas, descubrir que en el fútbol base se copia al detalle todo lo que se hace en la élite. Para lo bueno y para lo malo. Como un espejo. Por ejemplo con los peinados de última generación y de tupés ondulados. O con las botas del color más estridente del mercado. O con las manías de los que hoy son tus compañeros y hasta ayer eran tus ídolos. Atrás quedan los tiempos en los que los chicos del filial llevaban el material y limpiaban las botas del resto. Ya no hay meritorios. Ahora son copias fashion de las estrellas.

La extramotivación de Alcácer está en su piel

El Getafe ha hecho un movimiento inteligente al obtener la cesión del joven Paco Alcácer, del Valencia. El internacional español en categorías inferiores es un seguro de vida. Aporta movilidad y buenas cifras. Pero, sobre todo, aporta la extramotivación de triunfar en Primera como recuerdo hacia su padre, que cayó fulminado el pasado año por un infarto a las puertas de Mestalla poco después del debut de su hijo con el Valencia. Más trágico, imposible. El suceso ha servido para que Paco madure y se asiente. Por eso lo primero que ha hecho con su sueldo de futbolista profesional ha sido preocuparse por la hipoteca familiar y tatuarse la frase "Always in my mind" (siempre en mi mente). Gloria hacia un padre orgulloso de su hijo. Seguro.

El personaje: Cristiano

Nos cuentan historias de cómo jugadores legendarios terminaban embarrados y ensangrentados tras los partidos más exigentes. Nos transmiten con entusiasmo cómo era el fútbol antiguo, blanco y negro, radiado y leído. Insisten en que Di Stéfano marcaba goles y defendía por igual. Ejemplar en el esfuerzo para todos. Un grito suyo cuadraba al resto. Era Di Stéfano. También nos explican que había jugadores pasados de peso, que las entrevistas eran en el vestuario, que los viajes a los partidos suponían maratonianas jornadas en autobús. Brillan los ojos de quien recuerda aquel fútbol como anoche seguro que volvieron a brillar viendo a Cristiano Ronaldo. El portugués dibujo una historia de fútbol antiguo: se esforzó hasta la extenuación, marcó goles por perseverancia y valentía, terminó lesionado en el hombro y herido en el alma, corriendo en defensa en el último suspiro para tapar un tiro de Pedro. Como Di Stéfano. Como siempre nos contaron que era aquel fútbol...