El carrusel | Sexta jornada
Mateu crea su propio personaje
El Barça aprovechó la ruleta rusa en que Mateu Lahoz convirtió el partido del Pizjuán para llevarse tres puntos fundamentales. Sobre todo porque el Madrid no perdonó y acribilló al Depor con un Cristiano insaciable. La distancia entre los dos grandes se mantiene en ocho puntos. Y el domingo llega el Clásico. Casi nada.
El esmoquin de Bueno ya luce en Primera
El Valladolid pasó por encima del Rayo con dos actuaciones soberbias de Manucho y Alberto Bueno. Ambos fueron descartados por Djukic al principio del verano, pero la falta de fichajes y su capacidad de sacrificio han permitido revertir la situación. Lo del canterano madridista merece mención aparte. Junto a Mata, formó una de las parejas más exitosas de la Fábrica y de las categorías inferiores de la Selección. Sin embargo, el rumbo de uno y de otro se separó según aumentó la exigencia. No todos los jugadores despuntan al mismo tiempo. Alguno necesita mayor madurez. Es el caso de Bueno, jugador de categoría y ahora también jugador de Primera. Lo merecía.
Zubikarai: el equipo de la tierra ajena
Ganó el derbi vasco la Real con Zubikarai de portero titular por la lesión de Bravo. Zubikarai. De Ondarroa. Vizcaíno. Y eso, ante el Athletic, suena raro. No suele ser normal que jugadores de la comarca escapen del control del club que la domina. Pero hay excepciones. Como él y como Íñigo Martínez, vizcaínos en la Real. O como Iraola, Susaeta y Aduriz, guipuzcoanos del Athletic. Y eso sólo echando un vistazo a los titulares en Anoeta. La relación entre vecinos siempre deriva en conexiones de este tipo. Los unos alimentan a los otros; los otros, a los unos. Sucede, también, con Zubikarai. Extraño en su tierra, feliz en la ajena. El sábado tras el derbi, por ejemplo.
El exterior del pie es algo más que un corcurso
Cruyff, Cunningham, Juanito, Martín Vázquez... Muchos fueron los jugadores que popularizaron el uso del exterior del pie para manejar el balón y dar pases. Lo natural es hacerlo con el interior, envolviendo la pelota casi como con un palo de golf. De hecho, hacía tiempo que nadie utilizaba el exterior como Modric. Quizá el portugués Quaresma, ahora en el Besiktas, aunque no a un nivel tan alto. Y es que el croata es tan preciso con la parte externa como con la interna de su pie. El pase a Di María en el segundo gol del Madrid lo deja claro. No es sólo un recurso para una situación incómoda. No. Para Modric es la salida lógica a su visión de juego, aquella que exhibía en la Sub-21 croata y el Dinamo de Zagreb, esta que ahora pone de pie al Bernabéu con destellos como el de ayer.
Un colista que se ha ido formando
El Espanyol es colista de Primera. Siempre duele ver a un club histórico como este pasar por problemas. Un conjunto ligado a suprolífica cantera y a la difícil convivencia en la ciudad con el poderoso Barça. Pero la realidad es tozuda y las aguas bajan revueltas en Cornellà desde hace tiempo. Y no es para menos. La difícil situación económica también está obligando al conjunto perico a desprenderse de sus mejores futbolistas verano trasverano. De hecho, lleva seis campañas seguidas ingresando más dinero que el que gasta en fichajes. En los últimos años se fueron escalonadamente Iraizoz, Riera, Zabaleta, Sergio Sánchez, Pareja, Víctor Ruiz, Dídac, Osvaldo, Callejón, Márquez, Álvaro Vázquez... Un excelente caudal de gente joven con la que construir un equipo puntero. Un equipo con el que soñar. Al menos eso es lo que les hubiera gustado a los aficionados, que sin embargo comprueban cómo esta constante renovación les obliga a caminar por el alambre. Un riesgo. Y un aviso, también.
El fútbol virgen que botra de Canarias
El talento parece más fácil de controlar y vigilar en un lugar acotado como las Islas Canarias. Los captadores juveniles suelen coincidir: hay mucha materia y poca competencia. Casi salvaje, vaya. De allí surgió Jonathan Viera, titular por fin en el Valencia tras llegar este verano de Las Palmas. A Jonathan siempre le llamaron Romario. Desde sus tiempos en regional preferente en La Feria, de donde es, a su paso por el conjunto amarillo en Segunda. Dice mucho que quien le conozca compare sus virtudes con las del exjugador brasileño. Viera, asentado ya en la banda, confirma los paralelismos. Y no serán los únicos. Hay fútbol en sus botas. Fútbol virgen.
Isco: jugadores que se merecen portar el '10'
Otra lección magistral de Isco en La Rosaleda. Otra. La enésima. Es inagotable el talento de este fenomenal mediapunta, uno de esos jugadores que merecen el 10 a la espalda aunque todavía luzca el 22. Ese cambio seguro que llegará pronto en la vida de este joven de sólo 20 años. Históricamente se ha relacionado a los mejores jugadores de siempre con el número 10. Llevar este dorsal implica mucho más que cualquier otro. Implica responsabilidad, liderazgo, presión. Es difícil ver a un 10 que no aporte nada al mundo del fútbol. Por eso no cualquiera puede llevarlo. Isco sí. Isco reúne las mejores condiciones posibles. Genio precoz. Genio sin 10. De momento.
El 'Messi rumano' que ya ilumina Granada
Torje marcó su primer gol con la camiseta del Granada. Los amantes del fútbol internacional aún recuerdan su explosión hace un par de temporadas en el Dinamo de Bucarest. El Messi rumano, se apresuraron en tildarle los periodistas de aquel país. Udinese, intrépido siempre con las promesas, lo fichó y este año ha decidido que madure a préstamo en el conjunto andaluz. Países como Rumanía celebran la llegada de jugadores así de tanto en cuanto. Y es normal. Quizá desde Hagi no ha salido un futbolista que ilusione a los rumanos como lo ha hecho Torje. Es joven y aún debe mejorar, pero en Los Cármenes lo hará. Poca presión y mucho fútbol. Lo ideal para sacar lo mejor.
El personaje: Mateu Lahoz
Los árbitros son meros invitados de este precioso espectáculo llamado fútbol. Cuando los focos y las declaraciones se las llevan ellos surgen falsos protagonistas. Sobre todo Mateu Lahoz, cuyo método de dirigir los encuentros al estilo Premier ha servido para crear una corriente de opinión. Ese ya es un primer error. El cometido debe ser pitar lo que se ve, no fantasear con lo que se ve. Por eso en el Pizjuán dio un recital de falsos juicios. Dejó sin señalar faltas que sí eran, expulsó a Medel sin que hubiera suficiente agresión, no creyó que la mano de Thiago fuera punible en el segundo gol culé... Un partido paralelo al real. Bonito, seguramente, pero jugado sólo en su cabeza.