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LA LIGA AL MICROSCOPIO | 5ª jornada

El carrusel

La imagen de la jornada llegó en el partido que la cerraba. Un sabotaje en Vallecas obligó a suspender el Rayo-Real Madrid cuando los madridistas se encontraban ante la obligación de recortar la distancia con el Barça. Los culés, por cierto, sufrieron el sábado ante el Granada. Está rara la Liga. En el campo y fuera.

El carrusel
felipe sevillano

EL PERSONAJE: Martín Presa y su reacción espontánea

Los presidentes de equipos como el Rayo viven su semana de gloria cuando se enfrentan a Madrid o Barcelona. Se encuentran en la tesitura de aprovechar el tirón económico al mismo tiempo que quieren calar entre sus aficionados. No es fácil aunar estas posturas. Tampoco reaccionar a acciones delictivas como la del saboteador de Vallecas, que con su fechoría dejó al estadio sin luz y a Martín Presa al pie de los caballos. El máximo dirigente rayista, sin embargo, respondió con espontaneidad. Pidió perdón a aficionados, telespectadores e incluso a Canal+, que emitía el choque. Naturalidad y franqueza para otra víctima de la noche. Él también se perdió lo que todos: el fútbol.

UN INSUMISO LIGADO SIEMPRE CON EL GOL

Marcó Chu Young-Park en su debut. El delantero del Celta se convirtió en el primer surcoreano en hacerlo en nuestra Liga. Y repetirá. El club vigués ha conseguido incorporar a este interesante delantero, cedido por el Arsenal y anteriormente del Mónaco. Quizá cuando más ha brillado es con la selección, con la que mantiene un litigio sin igual. Y es que Park renunció a cumplir el servicio militar obligatorio en su país, lo cual le dejó incluso fuera de las convocatorias. No es para menos. Corea del Sur es uno de los países más estrictos en cuanto al cumplimiento de prestaciones militares se refiere. No se libra ni Park, que ya ha reculado y aceptó. Goles sí; obligaciones.

SALIR Y BESAR EL SANTO COMO HIZO ARIZMENDI

Cuántas veces sucede lo que ayer con Arizmendi. Cuántos jugadores marcan en su primer contacto con el balón. Cuántos saliendo desde el banquillo. Es una realidad. El dicho de "llegar y besar el santo" se aplica con extraña generalidad en el fútbol. No hay explicación posible. De nada sirvió que Hemed Tommer, delantero titular del Mallorca, tirase desmarques, rematase y lo intentara durante 53 minutos en el choque ante el Valencia. En sólo uno, el que fue desde la entrada al campo de Arizmendi hasta su gol, el madrileño encontró el premió que le faltó al israelí. Sin explicación posible. Sin lógica que lo sustente. Sólo fútbol. El fútbol y sus misterios...

XAVI: ARTISTAS QUE NO FIRMAN OBRAS

Hay artistas que no necesitan firmar su obra para que siga siendo igual de sublime. Inigualables directores de orquesta que se llevan la gloria sin protagonizar los solos de violín o piano. Jugadores geniales como Xavi, termómetro del Barça, de la Selección y en general del fútbol contemporáneo que hoy en día nos rodea. Siempre se ha caracterizado el de Terrassa por crear y generar juego, por disfrutar más cocinándolo que comiéndolo. Sobre todo teniendo junto a él a depredadores de la talla de Messi o Villa. Pero pasada la treintena y con una mayor madurez en su juego afina también un registro por el que nunca destacó: el goleador. La campaña pasada elevó su cuenta en Liga a los 10 tantos —récord personal— y el sábado ante el Granada desatascó al Barça para estrenarse en ésta. Hacer goles no fue nunca un vicio que le llamara la atención, aunque con la edad también se aprenden este tipo de cosas nuevas. Por ejemplo que una copa de buen vino, darse un homenaje de vez en cuando, no viene nada mal.

SER PORTERO EL DÍA DEL HOMENAJE A IRIBAR EN SAN MAMÉS

San Mamés coreó el nombre de Iribar como antaño. Fue un rugido de los que ponen la piel de gallina, de los sinceros. La Catedral celebró el 50 aniversario de su debut con el Athletic transformando el césped en un decorado por el que pasaron los porteros que han seguido la estela del Chopo desde su retirada. Entre ellos, el más tímido de todos, un imberbe Raúl Fernández, de 24 años, suplente habitual de Iraizoz pero ayer en el once inicial por la lesión del navarro. Recibir tan de cerca la ovación que la hinchada tributa al gran cancerbero de la historia rojiblanca debe secar la garganta a quien luego defiende la portería del Athletic. O no. A Raúl no le sucedió, desde luego. Se mostró seguro, confiado, único. Se sintió Iribar por un día. Y eso, a los ojos del Chopo, es mucho. Lo es todo.

EN LA REAL NO FUNCIONA YA NI EL CLÁSICO BIGOTE

Ya no quedan futbolistas con bigote. Muy pocos. Ver a alguno que lo lleve, como el realista Zurutuza, evoca a otra época. Tiempos en los que la moda del mostacho atravesaba también las puertas de los vestuarios. Precisamente uno de los equipos que más los caracterizó fue la Real. Acordarse de Satrústegui, Idígoras, Zamora, Larrañaga y Aldridge —entre otros— invita a pensar en la hombría de este club. Bastaba con echar un vistazo a sus rostros para ser consciente de ello. Todo lo contrario que ahora. El bigote pelirrojo y sin fuerza de Zurutuza representa la endeblez de un equipo mal gobernado por Montanier. No asusta. No. Y no lo hizo tampoco ante el Levante.

EN JAÉN O BADALONA SE ENCUENTRAN FICHAJES

Sólo entrenadores que entienden el fútbol modesto y formaron parte de él pueden sacar el rendimiento óptimo a fichajes como los de los zaragocistas José Mari y Víctor Rodríguez. Manolo Jiménez es uno de ellos. El técnico ha dado su confianza a estos dos jugadores procedentes de Segunda B y con el filial como destino. Pero no. Tras verles entrenarse y comprobar las cualidades que les hicieron brillar en Jaén y Badalona, respectivamente, no ha dudado en darles la titularidad. Ante Osasuna sorprendieron por su desparpajo y motivación. No hace falta venir de la última exrepública soviética para jugar en Primera. Si sirves, basta con hacerlo de Jaén y Badalona.

HAY UN DELANTERO DENTRO DE GODÍN

Godín se plantó delante del vallisoletano Jaime y le batió con maestría. Sí, Godín. Sí, con maestría. Habrá a quien le sorprenda que el central uruguayo del Atlético se permita el lujo de picar la pelota ante la salida del portero cuando está fuera de su hábitat. No es lo habitual, desde luego. Pero no por infrecuente resulta antinatural. Mucho menos teniendo en cuenta que Godín fue delantero durante toda su carrera como juvenil. Alguien, un buen día, le retrasó a la posición de central cuando militaba en Cerro. En ese puesto ha discurrido toda su prolífica carrera, aunque sin perder ese espíritu ofensivo que le corre por dentro. El mismo que despertó ayer.