Internacional | Rusia
Un equipo checheno es líder en Rusia
Rusia. La tensión política entre Rusia y Chechenia por el control del territorio de esta última tiene un invitado inesperado después de dos guerras y muchos atentados: el Terek Grozni. El conjunto checheno es líder inesperado de la liga rusa.
Una comisión de la Unión del Fútbol de Rusia visitó Grozni a principios de 2008. Se cuestionaba entonces si la presencia del Terek en la primera división garantizaba la seguridad. Sobre todo por la localización del estadio. Su ascenso de categoría no era uno más. Se trataba del principal equipo de Chechenia, la república enfrentada con el gobierno ruso por el control de su territorio.
Las disputas vienen desde el desmembramiento de la Unión Soviética, en 1991. Los chechenos declararon la independencia pero el Kremlin se opuso y ocupó militarmente el lugar. Dos guerras y varios atentados sanguinarios después -alguno muy sonado en Moscú- el conflicto sigue sin estar del todo cerrado. Y en semejante tesitura, haciendo del fútbol una burbuja ajena al resto de cosas, desafiando cualquier cuestión política, el Terek domina la liga por primera vez en 54 años de historia y tras ocho jornadas disputadas.
El liderato de los nohchi está en boca de todos. A los centralistas rusos les resulta una ofensa, sobre todo viendo que históricos como el Dinamo de Moscú, sorprendente colista, o el Spartak, fuera de los puestos europeos, sufren la insurrección de un equipo sin apenas experiencia en la liga. Todo lo contrario ocurre en Grozni. Los aficionados verdes se agolpan partido tras partido en el ultramoderno Akhmad Arena, terminado de construir el pasado año y con capacidad para 30.597 espectadores.
El nombre del recinto no es casual. Rinde honor a Akhmad Kadyrov, antiguo rebelde en las guerras contra Rusia y expresidente de la república, asesinado a principios de siglo por islamistas chechenos por su acercamiento hacia posturas prorrusas. Su hijo Ramzan, también miliciano en su día y presidente actual de Chechenia, lleva ahora las riendas del club.
Hay fútbol. Lo hace de forma personal y autoritaria. Ha mandado introducir el nombre de su padre en el nombre del equipo (Club de Fútbol Republicano Akhmed Kadyrov Terek Grozni) y levantó de la nada un estadio de última generación en el que poder reunir al pueblo. "El dinero me lo manda Alá", llegó incluso a declarar.
De hecho, durante la inauguración, en marzo de 2011, cumplió uno de sus mayores sueños: enfrentó a una selección de los mejores jugadores chechenos de siempre con otra de los mejores del mundo. Acudieron, a cambio de una suculenta cantidad de dinero, leyendas como Maradona, Figo, Ayala, Baresi, Francescoli, Barthez, Zamorano o Papin.
Sus caprichos a la hora de hacer y deshacer también acabaron con las aventuras en el banquillo de Gullit y Víctor Muñoz. Ambos salieron de allí con una experiencia que contar a sus nietos. Y no precisamente positiva. Pero quizá fueron los que pusieron la primera piedra para que el Terek sea lo que hoy en día. Un conjunto aguerrido en defensa, capaz de ganar en San Petersburgo, con estrellas de perfil medio como el delantero brasileño Aílton y dirigido con paciencia por Cherchesov. Orgullo, en definitiva, de una región que, al menos en lo futbolístico, sí domina a la gigante y todopoderosa Rusia.