El Barcelona B supera sus complejos ante la Ponferradina

Mucho tuvo que sufrir hoy el filial del Barcelona para superar sus propios complejos y a una Ponferradina amenazante (2-1), que obligó a los azulgrana a pelear hasta el último minuto para amarrar la tercera victoria consecutiva.

La Ponferradina se mostró como un rival que resultó más complicado de lo que auguraba su rendimiento en este inicio liguero, donde apenas han sumado tres puntos. Pero los de Claudio Barragán llegaban motivados tras haber eliminado al Villareal en la Copa del Rey, y a punto estuvieron de causarle otro estrago al Barcelona B.

No solo por adelantarse en el marcador cerca del cuarto de hora, sino por la sensación de desconcierto que provocaron en todas las líneas de flotación del barco-escuela culé. Los grumetes del filial se ahogaron en sus complejos en un primer tiempo para olvidar.

Nada parecía presagiar ese panorama cuando, apenas arrancar el partido, el meta visitante salvaba a los suyos al detener un disparo a bocajarro de Femenía, que robó con astucia el balón a la defensa, sin advertir que Rafinha estaba solo en el punto de penalti.

Desde ese susto nada más se supo del Barça B. La posesión habitual se espesó, las conducciones se alargaban desesperadamente y el juego del filial se tornó estático, monótono y predecible. La Ponferradina olió la carnaza y se lanzó a por ella liderada por un clarividente Isaías y un Yuri omnipresente. Cada balón robado generaba contragolpes en los que los defensas azulgranas siempre tenían las cartas perdedoras, en especial un atolondrado Planas en su posición improvisada como central.

Provocado el cortocircuito general, Yuri de Souza, que se había perdido las dos últimas jornadas por lesión y solo jugó unos minutos en Copa, aprovechó el descosido para adelantar a su equipo en el marcador tras rematar con suavidad un centro por la banda, tras una excelente jugada coral (0-1).

Sin reacción a la vista, Eusebio recompuso su pizarra a la media hora y atrasó a Rafinha, lo que mejoró el juego del filial, sin que se tradujera en peligro. Pero en una falta en la frontal, Luis Alberto logró el empate con un disparo raso al palo de Orlando (1-1).

Un tanto tan inesperado como clave, pues decantó la dinámica del partido hacia el lado local. Antes del descanso, Grimaldo rozaba el gol del año con un misil directo a la escuadra, pero Orlando corrigió su despiste anterior con una estirada providencial.

Una acción que repitió hasta en tres ocasiones Luis Alberto a balón parado tras la reanudación, rozando incluso el gol olímpico. El Barça se sabía superior anímicamente y no quiso dejar pasar el tiempo. Sólo habían pasado diez minutos cuando Lobato recibió un pase entre líneas y batió al portero con un disparo cruzado (2-1).

El tanto parecía extinguir toda amenaza rival. Pero la entrada de Urko Vera y Silva incendió el partido en un último tramo, algo que no bastó para arrebatar los tres puntos a un filial en racha.