Trofeo Gamper | Barcelona 0 - Sampdoria 1

La Samp firma el acta de defunción del Gamper

O se replantea el torneo, o este formato no tiene futuro.

Carles Puyol.

Los tiempos han cambiado y es difícil mantener ciertas tradiciones. Porque visto lo visto ayer en el Camp Nou, quizás sería mejor dar una muerte digna al Gamper (47 ediciones) que desprestigiarlo con el triste espectáculo que se vio ayer en un Camp Nou medio vacío y que acabó silbando a los jugadores del filial y coreando el nombre de Messi en un acto de impotencia futbolera.

El torneo fue para la Sampdoria, que en el minuto uno marcó el gol dando inicio a 90 minutos tediosos en los que apenas paso nada más reseñable que Afellay portase el brazalete de capitán durante un cuarto de hora.

De hecho, la entrega del trofeo, antaño ceremoniosa, se realizó ya con el campo desierto.

El lado positivo. Puestos a buscar cosas positivas, más allá de que nos ahorraron la tanda de penaltis con un empate a última hora, lo más significativo fue la aparición de David Villa, que pudo jugar cerca de 70 minutos y así ir acumulando kilometraje. Del resto, muy poco. Ni la Sampdoria fue un rival interesante ni los jóvenes talentos del Barça estuvieron especialmente inspirados. Se ve más de ellos cuando juegan en sus equipos, que lo que ofrecieron ayer en un desierto Camp Nou, donde ni la hora ni la temperatura acompañaban para lucirse.

Tras el tempranero gol de Soriano, tan sólo se registraron dos ocasiones más de peligro. En una de ellas, Pinto le ganó la partida a Maxi López en una jugada de esas que se ven en los partidos de veteranos y en la otra, Pozzi disparó al palo. Por parte del Barcelona, control del juego y nada más. Urge una reflexión en torno al torneo.

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