Liga Adelante | Racing

Unzué se va triste pero respaldado por su equipo

Ha alcanzado un principio de acuerdo para no demandar

Juan Carlos Unzué compareció ayer en rueda de prensa, tras tres días de mutismo absoluto, para dar su versión de los acontecimientos que han acabado con su salida del Racing. Ninguna novedad. Nada que los lectores de AS no conozcan y no hayan leído incluso los documentos desde hace semanas. Quiso dejar bien claro que no se va por dinero o por no querer negociar ya que el sábado pasado había accedido a firmar un contrato por una sola temporada (no los 2+1 que repetidamente había manifestado como innegociables) y que, tal como relatábamos ayer en una 'Intrahistoria', había sido la negativa del club a unir la rescisión del contrato de sus ayudantes al suyo, la que rompió todo.

Sí pero no.

La comparecencia de Unzué, que estuvo acompañado y al final aplaudido por sus jugadores y auxiliares, tuvo un punto de absurda. Mientras en el relato de los acontecimientos que hizo, dejó bien claro que el presidente le había engañado repetidamente y que los esfuerzos finales que había hecho por seguir en el club se habían encontrado con la intransigencia del club, sin embargo, se prestó a sentarse en la misma mesa que Ángel Lavín y permitió que este le presentara.

Será cuestión de carácter o que, como explicó, su madre le enseñó que vale más un mal acuerdo que un buen pleito. Su abogado le había hecho caso a su madre y había alcanzado minutos antes "un principio de acuerdo" con Berdejo para no demandar al Racing.

La rueda de prensa: una nueva charlotada

Juan Carlos Unzué, a través de terceros, había anunciado rueda de prensa para la una de la tarde en el estadio. A las once de la mañana, sin embargo, el Gabinete de prensa recibía orden de no hablar del tema y remitir cualquier pregunta la presidente. Sáiz, enterado del caso, mandó un escrito, indignado, al Consejo de administración. Mientras Juan Antonio Berdejo, el abogado que ejerce de secretario y a través del cual gobierna Pernía la institución, negociaba con el navarro y su abogado: O hay acuerdo o no entras a la sala de prensa. Entre una cosa y otra, reservaron una sala del Hotel Hoyuela, pero Unzué seguía obsesionado con el estadio (y Berdejo con eludir una demanda). A las 13:25, con la plantilla llegando a El Sardinero, salió de las oficinas Jose Campos y dijo a la prensa: "os aseguro que aquí no va a ser". Obviamente, nadie le hizo caso. Un minuto después, Berdejo daba el visto bueno.

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