El Nàstic envuelve de final un encuentro dramático

Como si de la magnífica película 'Atrapado en el tiempo' se tratara, el Nàstic vive sumido en una incertidumbre que hace ver cada partido como una final. Los problemas, los mismos; las soluciones, también. Pero las jornadas pasan y la clasificación aprieta. Amarrar los puntos en casa es el único salvavidas a la vista en un barco con cada vez más vías de agua. Esta tarde se miden al Numancia, "un equipo un pelín más flojo fuera de casa" en palabras de Dani Abalo. Pero no se engañen, si de algo anda justo el Nàstic es de confianza. Y sobre el césped no habrá ninguna.

En realidad la situación de Numancia y Nàstic es paralela. Ambos a siete puntos de su gran objetivo, el playoff para unos, la salvación para otros. Unos con la tranquilidad de tener los deberes prácticamente hechos y con la ilusión de auparse en esta segunda vuelta de Liga, los otros, con el agua al cuello. Pero el Nàstic, como insinuó Abalo, intentará explotar las carencias del equipo soriano a domicilio. El Numancia no gana desde el 12 de noviembre a domicilio, pero este dato podría llevar a un erróneo y precipitado estado de euforia. Los de Soria son un equipo sólido, que ha cosechado muchos empates y al que es muy difícil ganar tanto en Los Pajaritos como lejos de él.

Novedades. Para intentar ganarles, D'Alessandro apostará por un once revolucionario, pero más por necesidad que por voluntad. La gran novedad será la pareja atacante: Orbegozo y Peragón, dos futbolistass que nunca han jugado juntos. El indiscutible Powel está lesionado. El Numancia sufrió a última hora de ayer la importante baja de Nano, un fijo en el esquema de los sorianos, que, con un proceso febril, no pudo entrar en la convocatoria. Ripa y Eduardo Navarro tampoco estarán en Tarragona, ya que siguen su proceso de recuperación.

Un duelo en el que ha de servir como "punto de inflexión" en palabras de D'Alessandro y con el que concluye quizás el tramo más complicado del calendario del Nàstic. Para mirar hacia arriba el Numancia puede permitirse el lujo de perder un partido, para salvarse de la quema no.