El carrusel

EL PERSONAJE: Cholo: el sol que ilumina el Calderón

El Atlético y sus aficionados necesitaban un rumbo, una barandilla a la que sujetarse con firmeza, una luz que les alumbrara a todos por igual. Era casi una obsesión. Pues bien, los primeros rayos de ese fulgor ya inundan de optimismo al club más sufrido de nuestro fútbol. Simeone ha conseguido englobar el enorme sentimiento por estos colores en apenas un par de encuentros. Cualquiera de sus indicaciones es la de todos los atléticos. Un puño en alto es la victoria del colectivo colchonero. Sus vítores, sus protestas, abarcan la voz de la hinchada. Sin fisuras. Sin debates. Sólo con el orgullo que también mostraba como jugador. Simeone es el Atlético. Y el Atlético es Simeone.

Iturraspe, Bielsa y la cuadrilla de matiena

Bielsa se enamoró de Iturraspe en verano. "Tú vas a ser un gran jugador conmigo", le dijo al poco de verle jugar. Y así está siendo. El mediocentro ha desplazado a Javi Martínez a la defensa y a sus 22 años mejora a pasos agigantados. Siempre necesitó motivación Itu. De hecho, a los 14, cansado del ritmo de entrenamientos que le suponía jugar en el Athletic, decidió dejar Lezama y volver al equipo de su pueblo, el Abadiño. De este modo podía ver más a sus amigos y disfrutar de ellos en la lonja que tienen alquilada en Matiena. Su potencial y los consejos de varios técnicos le hicieron volver, como era lógico. Y ahora su madurez coincide con los planes de Bielsa. Casi nada.

MESSI: BUSCANDO SU PROPIO TECHO

Messi tiene ante sí el enorme reto de situar su propio techo. No debe ser fácil semejante tarea y seguro que asimilarlo cuesta. Si manejar la carrera de uno mismo ya es complicado, hacerlo para posicionar tu nombre en lo más alto de la historia se presume agotador. En esas se encuentra el argentino. Ayer, con sólo 24 años, ofreció su tercer Balón de Oro y volvió a marcar dos goles. Y eso en una noche más bien corriente. El único riesgo que corre es gustar y gustarse más de lo que el día a día requiere, convertirse en pieza de museo antes de tiempo, ser vino de coleccionista cuando no corresponde. Hay citas grandes y pequeñas. Y Messi, de momento, está en todas.

EL 'ESPÍRITU DE JUANITO' ENCUENTRA SUCESIÓN EN HIGUAÍN

Higuaín siempre entra al campo con el pie izquierdo. Le da suerte. Le motiva. Lo hace desde bien pequeño, probablemente desde que soñara con convertirse en lo que hoy en día es. Su carrera en el Madrid no es una más. Su paso por el Bernabéu será recordado para siempre. Y no sólo por su enorme capacidad goleadora, sino también porque ha estado repleta de episodios de pasión, arranques de furia, arrebatos de coraje. Ante el Mallorca protagonizó uno más. Uno que conllevó la reacción del Madrid y la conquista de tres puntos que parecían muy difusos. Conjuga corazón caliente y cabeza fría el punta madridista, como los grandes toreros ante sus más exigentes faenas. El 'espíritu de Juanito' ya tiene digna sucesión: el 'espíritu de Higuaín'.

EL PATRIMONIO ÚNICO DEL CLUB DE FÚTBOL

Las ilusiones no tienen precio. Ni dueño. Las alegrías no se compran. El sentimiento por un equipo es algo propio, algo que se adquiere de generación en generación, algo que habita en el alma y no en la mente. Por eso el patrimonio más importante de un club es su gente, sus aficionados, sus gargantas. Nunca podrá adueñarse de ello una mayoría accionarial, por muy importante y adinerada que sea. Y mucho más si ese club está a las puertas de los 80 años. Como el Zaragoza. Como esta histórica entidad cuyo pueblo habló antes y durante el partido contra el Getafe. De forma masiva, clara, unánime. Lanzando un mensaje directo. Este escudo pertenece a los zaragocistas. Los colores azul y blanco corresponden a los zaragocistas. La Romareda es zaragocista. Los Cinco Magníficos, Los Zaraguayos, El gol de Nayim, el 6-3 al Dream Team, la final de La Cartuja, la Copa de Galletti, los últimos ascensos. Todo compete a los zaragocistas. Sólo a ellos. Y quien se niegue a verlo remará solo y a contracorriente.

GRIEZMANN MEJORA POR SU PERÍMETRO

Para triunfar en el fútbol es necesario algo más que talento. Es fundamental, por ejemplo, tener un entorno adecuado. Sobre todo cuando eres joven. Lo sabe bien el realista Griezmann, que tras un bajón de varios meses está volviendo a ser aquel que maravillara en la Real. En Mestalla se vio. Hubo un punto en el que el ruido de sus actuaciones le desorientó, el interés de los grandes le despistó, la notoriedad le desbordó. Ni su anterior agente, John Williams, ni su padre, modesto entrenador, supieron frenarlo. Y es ahora, con su nuevo representante, el francés Alain Migliaccio, cuando vuelve el verdadero Antonie. Primero el fútbol; después el resto. Dicho y hecho.

UN PLATO QUE MICHU MERECÍA SABOREAR

Michu tenía una cuenta pendiente en Granada. Allí mismo se esfumaron el pasado año sus opciones de subir a Primera con el Celta y él fue el triste protagonista al fallar un penalti clave. La puerta de la élite se le cerraba de nuevo. Pero el Rayo le dio la oportunidad de ocupar ese lugar en verano y el sábado, en su regreso a Los Cármenes, marcó otro nuevo gol. Su octavo. Pocos estrenos en Primera habían sido más sonados hasta ahora que el suyo. Y con 25 años. Dicen algunos técnicos que los mejores jugadores de Segunda, Segunda B y hasta Tercera tienen condiciones para el máximo nivel. No importa la edad. Ni la procedencia. Sólo el fútbol. Y a Michu le sobra.

HOMBRES QUE SUBEN DESDE LA CANTERA

Los canteranos ya no son lo que eran. No en algunos casos. Por ejemplo en el de Álex Gálvez, el central al que Preciado subió del filial ante la ausencia de Botía y marcó. Lo que se encontró el técnico cántabro fue lo que esperaba. Un defensa o mediocentro de 22 años, curtido en Segunda B con el Villanovense y el segundo equipo gijonés, granadino de nacimiento pero lejos de casa desde que militara en los juveniles de Albacete y Villarreal, con galones y, por qué no decirlo, poco pelo. Un tipo experimentado, en realidad. La mayoría de filiales ha subido su media de edad en los últimos años ante las exigencias por mantenerse. Y el resultado es este. Suben más hombres que niños.