El Almería vuelve a ganar gracias a los fallos del Nàstic

La UD Almería se reencontró con la victoria después de tres jornadas sin ganar, y lo hizo tras superar al Gimnástic por 3-1, lo que deja al colista de Segunda más hundido en la tabla tras disputar ya diez partidos del torneo, en los que sólo ha sumado cuatro puntos. Los andaluces, por contra, se reenganchan a la lucha por las dos primeras posiciones de la clasificación, las del ascenso directo, y rompen el gafe de tres anteriores comparecencias en Almería en las que vieron como le empataban los partidos en los últimos minutos.

Almería y Nástic disputaron un partido en el que expusieron las diferencias en la tabla, no por fútbol, pero sí por las situaciones, en las que la buena suerte estuvo siempre de parte del conjunto local. El cuadro de Lucas Alcaraz dominó de inicio, jugando por las bandas y tratando de aprovechar la velocidad de sus extremos, sobre todo, aunque también Dani Bautista y Michel, aunque en contadas ocasiones, aportaron lo suyo.

Sin embargo, el protagonismo inicial fue para Aleix Vidal y Aarón, que pusieron firma a las primeras ocasiones de gol. De todas formas, faltó acierto en el último pase. Ante la falta de ese acierto fue el Nástic el que colaboró, concediendo ocasiones al cuadro rojiblanco. Tras un centro, en el minuto 9 de Aleix Vidal al que no llegó Aarón, fue éste el que, en el 10, dio pie al primer gol. El centro lo cortó Rodri con la mano y el penalti, lanzado por Leo Ulloa, adelantó a los rojiblancos. Poco antes de cumplirse la media hora, un balón al área rojiblanca lo controló Powell y se lo cedió a Morán para que éste, de fuerte disparo, pusiera el empate.

Eso provocó que el cuadro almeriense reaccionara y volviera a buscar el gol y no tuvo que pasar mucho tiempo, porque en el minuto 31 otro fallo de Rodri dejó a Leo Ulloa solo ante Rubén Pérez, tras un centro de Soriano. El argentino no dudó y marcó el segundo para irse al descanso con ventaja, si bien Morán, en el minuto 44, pudo empatar otra vez, pero vio como un remate suyo acabó con el balón repelido por un al palo.

En la segunda parte, el conjunto almeriense volvió a usar la velocidad y la presión y el trabajo de Soriano entorpeciendo la salida de balón dio su fruto porque Rubén Pérez no acertó a despejar el balón y lo recuperó el maño paras que llegara el 3-1. A partir de ahí, los locales manejaron el partido porque el Nástic sólo se acercó con acciones esporádicas que no llevaron peligro.