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Romaric

"Estoy tan bien de peso que podría jugarlo todo"

Ante el Real Madrid, hace justo siete días, se destapó con un chut que podría haber dado la vuelta al mundo. Pero seguía siendo el gran desconocido: AS habló con Romaric.

Romaric.

¿Cómo se encuentra físicamente?

Estoy en perfectas condiciones. La llegada sí fue complicada, pues inicié la pretemporada con el Sevilla, pero al cabo de dos semanas el club me dijo que no contaba conmigo y me tuve que entrenar casi todo el verano solo, en el gimnasio; es algo que no entendía. No es lo mismo que hacerlo con un equipo. Pero ya he recuperado el tono.

Estaba usted apartado y el Espanyol llegó al rescate

Fue una muy buena salida. El Espanyol me abrió las puertas y vine aquí sin pensármelo. Espero que esto me salga bien. Vine para intentar ser titular y ésa es mi ambición ahora.

¿Y quedarse? Porque está cedido y después le queda otro año de contrato en el Sevilla, ¿no?

Sí. Quiero quedarme, no tengo ninguna duda. En mi contrato hay cláusulas que me permitirían seguir automáticamente en el Espanyol, como jugar unos 25 partidos o que el equipo quede al menos octavo. Y creo, sin ir más lejos, que es muy posible quedar octavos. Por mucho que se diga.

¿Cómo ha visto hasta ahora al equipo, usted que puede aportar la visión del que viene de fuera?

Desde fuera se puede ver como una situación difícil, pero tenemos confianza y estamos haciendo las cosas bien. Lo que está pasando es mala suerte: jugamos bien pero el balón no entra. Simplemente.

Aunque también hay errores que pueden costar victorias, como lo que sucedió con Héctor Moreno en el cuarto gol del Madrid, ¿no?

Lo de Héctor le puede pasar a todo el mundo. Lo que está claro es que, aunque tengamos el balón, hay que estar siempre controlando el mediocampo y la defensa. Tenemos que ser rápidos en el repliegue.

En ese partido, hace ahora una semana, usted casi marca uno de los goles de la Liga. ¿Por qué lo probó desde el centro del campo?

Sentí algo y lo intenté. Lo pude probar porque ahora tengo más confianza. Pienso que fue una buena idea, lástima que se marchara fuera.

¿Esa confianza es autoestima o se la transmiten en el vestuario?

El míster me da confianza y también mis compañeros. Poco a poco, vamos haciendo las cosas bien.

Incluso se podría decir que, por su edad y experiencia en el Sevilla, es uno de los veteranos de la plantilla. ¿Se vería como un líder?

No me veo como un líder, pero sí me gustaría enseñar cosas a los jóvenes. Los mayores debemos mostrar el camino. Pandiani, Verdú, Sergio o yo podemos ayudar mucho a los jóvenes Aunque nosotros también aprendemos de ellos.

¿Alguno de esos jóvenes a los que no conocía le ha sorprendido especialmente?

Me ha sorprendido Christian Alfonso. Creo que es muy bueno, tiene muchísima calidad.

Volviendo a los galones, ¿se vería usted como el lanzador de faltas del equipo?

Realmente depende de lo que suceda en el campo. Hasta ahora, lo hablo con Javi Márquez y las lanza el que se sienta mejor. Puedo ponerlas o, si no lo hago, ir a intentar cabecear.

Lleva poco aquí pero ha lanzado faltas y ha jugado tanto de mediocentro como de enganche.

Antes jugaba de mediapunta, cuando llegué al Sevilla, aunque estoy más comodo de mediocentro defensivo.

¿Le ha dolido que le seleccionaran para ir con Costa de Marfil para estos días pero finalmente cayera de la lista?

Yo estoy aquí, tengo un equipo al que defender. Me irá bien quedarme para intentar mejorar aún más mi forma física. Claro que me gusta ir a la selección, pero es una decisión del entrenador y hay que respetarlo. Yo no puedo asimilarlo mal porque sólo conseguiría hacerme daño a mí mismo. Trato de ser siempre positivo.

¿Y le duele que se hable de su peso como si estuviera demasiado gordo para jugar?

Cada persona tiene una complexión diferente. Cuando no me entreno, cojo peso, y eso sí pasó estando apartado en Sevilla. Pero no sé por qué eso hoy parece un problema. Estoy bien de peso. Tanto, que puedo jugar toda la temporada, los 90 minutos, los partidos que haga falta.

Otro repetido mito sobre usted es su intensa vida nocturna. ¿Qué puede decirnos al respecto?

Hay cosas que se dicen que no son verdad. Yo soy como todo el mundo, si tienes fiesta puedes salir. Voy con mis amigos a cenar y se ve mal. Cuando te ponen una etiqueta, es muy difícil quitártela. Pero si hago las cosas bien en el campo, al final nadie hablará de esa tontería.

¿Su fichaje por el Espanyol fue tan rápido como parece o ya sabía algo de antemano, semanas atrás del 31 de agosto?

Fue muy rápido, todo se hizo en un día. Cogí un vuelo de Sevilla a Barcelona el día 30, hablé con el entrenador y el director deportivo. El 31, último día del mercado de fichajes, pasé las pruebas médicas y a las 11 de la mañana ya había firmado.

¿Se veía ya sin jugar esta temporada?

No. Como siempre soy positivo, pensaba que alguien vendría a rescatarme. Y así es como ocurrió.

¿Le salvó el Espanyol?

El fútbol siempre te da una nueva oportunidad para demostrar cosas. Y el Espanyol es mi oportunidad para intentar triunfar. Por eso quiero quedarme.

¿No lo llegó a contemplar en cierto modo como un paso atrás?

Para mí no ha sido un paso atrás, porque siempre he considerado al Espanyol un equipo grande. Si pensara diferente, me había pasado como a Mosquera (no toleró la presión y tuvo que volver al América, hace dos años). Pero yo veo, escucho y sigo hacia adelante.