Sólo pegó Canales

El Valencia se marchó de 'vacaciones' con 13 puntos y casi dando gracias por ello. Un solitario gol de Canales a los tres minutos de juego -bello zurdazo desde la frontal el que se sacó de la nada el cántabro- le bastó a los de Emery para llevarse un triunfo sin pena ni gloria. Sí valor numérico. Nadie se acordará del partido cuando termine el curso, aunque quién sabe si el Granada no acabará lamentándose por ese punto (mínimo) que sin duda alguna mereció y que no sumó por una mera cuestión de pegada. Porque mientras Canales les endosó a los de Fabri el mencionado zurdazo que les hizo ver las estrellas y del que no despertaron hasta pasados otros 15 minutos de partido, los rojiblancos tuvieron durante prácticamente toda la segunda mitad al Valencia contra las cuerdas... pero sin apenas hacerle rasguño alguno a Guaita (un disparo al travesaño, una buena acción del guardameta ché saliendo con todo a los pies de Geijo y poco más de verdad como para cantar gol).

Lo dicho. De más a menos fue el Valencia y de menos a más el Granada. Los de Fabri salieron a jugar un rato después que los de Unai. Y lo pagaron con la derrota. Sólo en ese tiempo los che dejaron constancia de su a priori superioridad. De hecho, si hubo partido después del vendaval inicial fue porque Roberto estuvo como toda la velada: omnipresente. Pero una vez se quitó el miedo escénico de encima, el Granada, bien manejado y organizado por Fran y Mikel Rico, fue ganando terreno hasta impacientar a la parroquia de Mestalla.

Una vez más, jugó a dos cosas el Valencia. Una cuando Banega coge el balón y otra cuando el ataque no pasa por sus pies. Ni mejor ni peor. Diferente. El argentino, que no tuvo su mejor día (más veces impreciso que efectivo en el pase y dejándose llevar al son que marcaban los Rico), acostumbra a dar uno, dos, tres toques y ralentiza la transición. No es ello malo en sí, pero no siempre bueno. Porque Piatti, Canales, Pablo y Soldado son a veces como unos galgos en carrera a los que es la liebre la que les frena.

El Valencia se fue diluyendo a la par que el Granada aclarándose. Seguro que a Fabri le irán saliendo en los próximos días más detractores al cobijo de los malos resultados, pero lo cierto es que ayer su equipo estuvo (con sus armas) mejor en conjunto que su rival y la balanza se decantó por esa pegada que tuvo Canales y de la que adolecieron cuantos rojiblancos buscaron portería. De hecho, y viendo por los derroteros que transcurría el partido, Emery pensó "Virgencita que me quede como estoy" y faltando 15 minutos dio entrada a Albelda; mientras Fabri echaba el resto con Martins y Uche. Pero por más leña que echaba a la hoguera el Granada, nadie encontró el mechero.