Europa League | Atlético 2 - Celtic 0

Diego ya es el nuevo ídolo

El brasileño dio un gol, metió otro y se fue aclamado. Falcao cabeceó el 1-0. Arda también brilló. El Celtic, muy flojo. La grada recordó el cruce de 1974

ACERTADO. En el minuto 6 Courtois tuvo que salir a los pies de Hooper para evitar el tanto del ariete escocés. El portero belga estuvo muy seguro.

A los 20 segundos, Diego disparó a puerta. A los 84 minutos, se marchó aclamado por un Calderón enamorado. Entre medias casi todo lo que sucedió en el Atleti-Celtic tuvo que ver con él. Y alrededor de Diego, los rojiblancos cuajaron otro partido notable; uno que esta vez, al fin, acabó en victoria. El proyecto avanza dando síntomas positivos. Queda tarea, por supuesto, pero con buen ambiente siempre se trabaja mejor.

El gol era la gran preocupación atlética en este arranque de curso. Para solventar ese aspecto ha pagado 40 millones por Falcao y, tras una fea toma de contacto en Mestalla, ayer el colombiano empezó a sumar. A los tres minutos, Diego sacó un córner perfecto y allí entró Falcao como un bisonte para cabecear picado. Gol y dos cualidades olvidadas por este equipo hace años: un nueve que va bien por arriba y alguien capaz de ponerla en el punto de penalti en los saques de esquina. Los topos del suelo del Manzanares añorarán poder rematar siempre ellos en el primer palo gracias a Simao y compañía.

En el minuto 5, el Celtic, éste triste Celtic que al menos salió de amarillo y no manchó así la historia de su hermosa camiseta verdiblanca, tuvo su momento, ese momento que el déficit de atención atlético garantiza a sus rivales. Despiste general, contra sencillísima y Gary Hooper­ se queda solo ante el peligro. Por fortuna para los locales, era Hooper y no Cooper, así que entre su palpable miedo, su espantoso control y que Courtois suma y sigue, todo quedó en un susto.

Durante el resto de la primera parte, el Atleti dominó al ritmo que marcaba Diego. Aunque partió desde la banda izquierda en la línea de atacantes, jugó donde le dio la gana. Y eso fue en todas partes. Regates, pases largos y cortos, paredes, disparos lejanos, llegadas al área... Su repertorio es amplísimo. Y encontró un socio idóneo en Arda Turan, que realizó un despliegue semejante, con menos incidencia en la creación, pero un llamativo esfuerzo en la recuperación. El turco tiene carácter y eso el Manzanares siempre lo ha agradecido.

El dominio absoluto y el buen gusto no desencadenaron la oleada de ocasiones deseables. Quedó claro que a Falcao le invitas a una casa con una lámpara redonda e intenta rematarla. Él culmina, pero hay que ponérsela. Los centros de Sílvio y Filipe, los ausentes laterales titulares, se antojan vitales.

Bajón. Así la segunda parte comenzó con titubeos locales. El Celtic se vino arriba como aquel que se toma dos copas y da unos gritos antes de quedarse frito. Pero bastó para llevar la inquietud a la grada, que estos partidos de sí pero no ya se los conoce. Por fortuna, Courtois alivió el peligro con suficiencia de estrella hasta que Arda y Diego zanjaron el asunto con un bonito gol. Jugada del turco por la banda, pase atrás y remate de clase del brasileño. Puntilla y fiesta.

A partir de ahí, todo fueron risas. Arda casi completa el triplete de los fichajes, pero Forster y el larguero lo evitaron. Dio igual. La afición ya estaba encendida. Primero coreó el nombre de Luis Aragonés, recordando a los héroes del 74. para escarnio de un Celtic que no hace honor a su pasado. Y cerró la noche aclamando a Diego. El Manzanares ya tiene nuevo ídolo. Y es muy bueno.

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