Europa League | Atlético de Madrid 2 - Guimaraes 0

Elías se gana su oportunidad

Un doblete del brasileño encarrila la eliminatoria. Adrián volvió a brillar con dos asistencias. El 4-3-3 del Atleti funcionó bien. Roja clave a Joao Paulo.

CELEBRACIÓN. El equipo al completo se acercó para felicitar a Elías, que marcó los dos goles colchoneros. Filipe, su compatriota, fue uno de los más efusivos.

En el descanso, aún con 0-0, el Atlético anunció en los videomarcadores el fichaje de Falcao. "Un día tarde", pensó el Calderón, que llevaba toda la primera parte viendo cómo su equipo jugaba razonablemente bien, metía buenos balones al área y allí no los remataba nadie. Así que los errores de planificación enrarecían el ambiente, con gritos contra el palco y nervios generalizados. Y, entonces, apareció Elías. Sí, ese Elías.

El futbolista al que el Atlético estuvo intentando colocar hasta el último instante en la operación de Falcao y sólo jugó ayer por la negativa del Oporto, marcó dos goles como dos soles que dejan la eliminatoria contra el Guimaraes muy encarrilada. Alguno dirá que fue casualidad, que hay que seguir haciendo chistes a su costa. Pero tal vez influyera más que le colocaron en su sitio (con libertad por delante de los mediocentros) y no de extremo o lateral. El caso es que ahora sitúa a Manzano y Caminero en una tesitura curiosa. Con Falcao, sobra un extracomunitario y el elegido para irse es él, pese a que Salvio (desaparecido ayer) y Miranda han hecho peor pretemporada. Veremos si recapacitan.

Hasta la aparición de Elías, el Atleti fue un buen equipo con menos pólvora que una pistola de agua. Con Tiago y, sobre todo, Gabi manejando el balón con criterio y los laterales llegando sin parar (Filipe y Silvio pueden ser un filón para el majestuoso cabeceador que es Falcao), la pelota paseaba buscando novio por el área de Nilson. Pero nada, ni un amante fugaz.

Manzano al fin probó el 4-3-3 y fue prometedor. En ataque, Reyes y Adrián permutaban continuamente sus posiciones mientras Salvio se limitaba a apartarse. El centro del campo, pese a que Mario Suárez aún está cogiendo ritmo, dio una sensación desconocida en el Manzanares desde tiempos de Antic: empaque. Y las ocasiones fueron llegando. Sobre todo a balón parado: Mario no usó el afro con contundencia en un cabezazo fácil y Domínguez tuvo más potencia que puntería en dos córners. La más clara la inventó Salvio, con una diagonal y un zurdazo cruzado precioso que reventó el larguero.

Sin embargo, el follón del descanso pareció apagar al Atleti en la reanudación. El Guimaraes, que se había limitado a defenderse con orden, se estiró un poco. Y acabó pagándolo. Se fue arriba en un córner que provocó una contra y su mejor central, Joao Paulo, acabó en la calle por frenar a Adrián por lo criminal y no por lo civil.

Tramo decisivo. Fueron cuatro minutos clave. En el 64', la roja. En el 65' entró Elías. En el 66', con el Atleti aún despistado por el cambio, Targino, solo solito solo, dio en el palo. Y en el 68', Adrián, cuyo verano es para enmarcar, maniobró junto a la línea de fondo y puso un centro perfecto al segundo palo. El cabezazo de Elías (picado y gesto perfecto) no desmereció.

Al poco, Gabi metió un gran pase a Adrián, que ha hecho del recorte en el área su firma, y Elías aprovechó la dejada del asturiano para sentenciar. El Calderón esprintó de la incredulidad a la locura. No quiero imaginar qué hubiera sucedido si Nilson no evita in extremis el hat-trick del brasileño en el tramo final, Ya dio igual. Un desheredado había rescatado al Atleti.

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