Liga de Campeones | Barcelona - Manchester United

Ferguson blinda al United del escándalo de Giggs

El jugador ha sido acusado de una infidelidad.

Alex Ferguson llegó al campo de entrenamiento del Manchester United el martes y descubrió una caravana de furgonetas, satélites y coches que se acercaron a escucharle. El interés de una gran parte de los periodistas era la final de la Liga de Campeones. Pero muchos otros estaban ahí porque se había hecho público el nombre del futbolista que había tenido una infidelidad con Imogen Thomas, una joven que ganó el título de Miss Gales y que había participado recientemente en el concurso televisivo Gran Hermano. La joven tuvo una aventura con el futbolista pero cuando éste le explicó que no pensaba dejar a su mujer, decidió venderla en exclusiva al diario sensacionalista The Sun. Un juez había impedido la identificación del jugador hasta que el domingo, el diario escocés The Sunday Herald desveló su identidad, porque era fácil descubrirle en las redes sociales y porque la prohibición judicial no había sido extendida a los tribunales escoceses.

Ferguson entiende que su responsabilidad es asegurarse que el circo mediático no penetre en su fortaleza de Carrington, como ocurrió el martes. Sir Alex considera que la intensidad del escrutinio de las vidas privadas de los deportistas de élite es excesiva y a los medios les llama "la bestia incontrolable". Así que para evitar que el affair de Giggs afectara a su grupo decidió aplicar su conocida mentalidad de 'nosotros contra el mundo': tuvo una conversación con su jefe de prensa ante los ojos de los periodistas (pidiéndole que prohíba el viernes el acceso al periodista que se atrevió a preguntarle sobre la importancia de Giggs) que le servía para tal propósito.

La UEFA es la que manda en la previa a la final pero casi con toda seguridad Ferguson lo sabía; consiguió en todo caso localizar y cercar al supuesto enemigo del Manchester United: los medios.

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