El Almería tiene asumido su descenso de categoría

Se acabó eso de creer en los milagros en Almería. A falta de cinco jornadas y a diez puntos de la salvación, el equipo rojiblanco ya sí se ve en Segunda. Es una muerte que se viene anunciando desde hace muchas semanas. Cinco derrotas consecutivas en el tramo más importante de la temporada, algo que nunca antes había sucedido, dejan claro que la escuadra andaluza no ha sabido competir ni aferrarse a la categoría.

Lo que hay, que en un principio se presumía ilusionante, no da para más y la clasificación invita a ser pesimista. El equipo no supo comenzar la campaña, no hubo reacción y tampoco aguante. A eso se llama descenso. Así que tras la derrota ante el Zaragoza, la plantilla se dejó de las típicas frases hechas en las que se deja la puerta abierta a la esperanza. Incluso hubo quien se atrevió a asumir lo que dentro de pocas jornadas será un hecho, el descenso, como es el caso de Juanma Ortiz ("No se puede seguir vendiendo humo"). El vestuario se ha concienciado y ya lo único que le queda es disfrutar de lo que casi con toda seguridad serán los últimos cinco encuentros en la mejor Liga del mundo.

Sin duda, el peor día para la afición rojiblanca será cuando el descenso matemático sea una realidad. Aunque es poco probable, podría hasta producirse ante el Sevilla. Una derrota y una serie de resultados de rivales directos, confirmarían -números en mano- lo que hoy ya es un descenso virtual.