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Liga BBVA | Málaga 3 - Mallorca 0

Baptista, retorno bestial

El Málaga vapulea a un Mallorca soso y pasota.

<b>IMPERIAL. </b>Baptista celebró así de eufórico su segundo gol al Mallorca, el tercero del Málaga.
IMPERIAL. Baptista celebró así de eufórico su segundo gol al Mallorca, el tercero del Málaga.M. Pozo

El Málaga notó los afrodisiacos efluvios del llamado 'efecto Baptista' y anoche durmió fuera de los puestos de descenso doce jornadas después. Bien es verdad que hoy juega el Hércules y mañana el Zaragoza, sus dos adversarios más próximos en esta terrorífica batalla por huir del fracaso y de la quema. Algo es algo. Aplicando un poco de fortaleza, presión, trabajo y constancia, vapuleó a un Mallorca frío, vago y desaliñado que se presentó en La Rosaleda sin ambición ni aspiraciones. Sin sueños de clasificarse para la Europa League (fue excluido de la misma por problemas económicos) y con suficiente margen para eludir ese valle de lagrimitas llamado 'descenso', el bermellón fue con diferencia el peor equipo que ha pasado por Málaga. Y el más remolón.

Es verdad que el Málaga salió con la cartilla aprendida y sabedor de que con su obtusa propuesta precedente de partidos anteriores no se iba a ninguna parte. Felizmente para sus intereses, estaba Julio Baptista, La Bestia. Un jugador de un nivel superior, de una ambición galáctica y de un coraje vital, imprescindible para un entrenador, Pellegrini, que necesitaba de mucho aire fresco para saltar la muralla de una mediocridad que ha metido al Málaga entre los últimos de la fila.

Los efervescentes inicios de un Mallorca que, paseándose, buscaba sorprender al manojo de nervios blanquiazul, fueron bien contrarrestados por el sobrio y seguro Caballero, quien en el minuto 13 salvó una vaselina de Webó y otro cabezazo de Nunes en el 22. Dos acciones de esas que nadie recuerda, pero que tienen su importancia. Marcan un destino.

Y el mismo se escribió a los 26 minutos. Seba, trabajador infatibable, rápido, ambicioso y legal, recupera un balón (otro más), el mismo llega a Rondón, quien rompe a Ramis con un precioso quiebro y deja una pelota muerta que la valentía del uruguayo pone lejos del alcance de un Aouate a quien, decididamente, se le da mal La Rosaleda. 1-0. El partido se acabó.

El segundo gol fue un espectáculo 'made in Baptista'. El clásico de este portento natural que un día descubrió Joaquín Caparrós en el Sevilla. Por potencia deja atrás a Tejera; por técnica brasileña elude a Nunes y con inteligencia cruza el balón lejos del portero hebreo. Golazo.

Y el propio Baptista remató la fiesta, ya en la segunda parte, en una jugada de sabio manual. Falta que saca Duda y el brasileño remata solo de cabeza. De maestro por la ejecución de la falta y la resolución del crack. Y de pardillos porque la zaga del Mallorca estaba en Las Bahamas. El resto sobró. La Rosaleda haciendo la ola y el Mallorca pidiendo la hora para terminar un compromiso donde jamás estuvo metido.