Liga BBVA | Racing
"Sólo pienso en jugar y marcar pero no cierro la puerta a la renovación"
Sabe que está ante el momento crucial de su temporada. Acaba contrato y, por fin, parece que va a contar con oportunidades para demostrar lo que vale. No quiere desperdiciarlas.
Llega al Gambrinus un poco más tarde de lo establecido. Y nada más hacerlo saluda a Manolo Preciado, que disfrutaba de su día de descanso después de quitar la Liga al Madrid. Las bromas entre técnico y jugador hacen que la espera se torne agradable. Igual que la posterior charla, ya con mesa y mantel de por medio. Se trata de Iván Bolado Palacios (Santander, 3 de julio de 1989), delantero racinguista que jugó de titular, ante la sorpresa de muchos, en el último encuentro frente al Espanyol y que, a pesar de su corta trayectoria profesional, tiene una curiosa relación con el gol y con las lesiones. Con el primero al llevar pocos; tan solo seis en Liga desde su debut, pero casi todos ellos fueron o de gran belleza o de gran trascendencia. Con lo segundo al sufrir dos lesiones muy graves.
Iván debutó en Primera División un 26 de agosto de 2007 en El Sardinero frente al Barcelona; su primer gol en la máxima categoría lo marcó ante el Zaragoza, en la temporada de su debut, y el segundo fue ante el Espanyol en Montjuïc de una espectacular rabona, convirtiéndose en el primer español que obtiene un gol de esa manera en nuestra Liga. El 18 de mayo de 2008 logró, ante Osasuna en el último partido, el tanto que dio al Racing la primera clasificación para la Copa de la UEFA de su historia.
En julio de 2009, en un partido contra el RW Oberhausen en la pretemporada de Alemania, Bolado sufrió la rotura aguda del ligamento cruzado anterior de su rodilla, con fisura en ambos meniscos. Después, un nuevo susto en la rodilla y una lesión de tobillo.
"La lesión en el cruzado no se la deseo ni a mi peor enemigo. Sufrí mucho pero nunca pensé en dejarlo. Esto es lo que siempre quise hacer. Jugar al fútbol es mi ilusión".
Cambio.
Desde el domingo pasado, cuando salió de titular frente al Espanyol, todos esos malos recuerdos se han borrado y han dejado paso a la esperanza:
"Cuando Marce me dijo que iba a ser titular no me lo creía. El míster había dicho que estaba muy contento conmigo y que había trabajado muy bien en los entrenamientos durante las dos últimas semanas. No hablé con ningún jugador, pero llamé por teléfono a todo el mundo. Tenía esperanzas de jugar, pero hasta el mismo día del partido no supe nada. Me ha venido muy bien disputar 70 minutos en El Prat. Fue un partido muy bonito del que estoy satisfecho y orgulloso. Tenía un handicap y me esforcé en defender más y en ese aspecto me fui contento. Presioné todo lo que pude hasta que Marcelino me cambió; estaba agotado. A nivel personal salí contento y, además, el equipo ganó. Quise aportar más en ataque pero, en ese aspecto, no tuvimos el día. Fue un partido muy especial del que salí contento por todo."
El cántabro sabe que Marcelino le exige más trabajo en defensa y lucha por hacerlo mejor cada día que pasa:
"Algo habrá cambiado para poder jugar. Defender tanto, con tanto esfuerzo, puede que reste fuerzas para atacar. Seguro que se nota el desgaste. Pero lo primero es el equipo y luego el tema individual. En la primera época de Marcelino sí que me costaba más hacerlo, pero este año lo intento más"
La cena que dispuso Miguel Martín, excelente como siempre (pulpo a la gallega, ensalada de foie, entrecot y sorbete de mojito) transcurre entre anécdotas y el futuro más inmediato; el Levante:
"En primer lugar, que no juegue Ballesteros es bueno para nosotros; pega bastante. Después está la lesión de Rosenberg, pero seguimos siendo tres delanteros. Es una final, y si ganamos nos vendría muy bien para nuestros intereses. A priori tenemos muchas opciones de permanencia, pero hay que asegurarla cuanto antes. Luego ya miraremos para arriba. De momento, nadie ha pensado en el séptimo puesto. Eso ya se verá. Para mí sería fantástico jugar y tener continuidad en el equipo, aunque sé que es muy difícil. Todos queremos jugar. Y encima está Gio, que hay que reconocer que lo está haciendo muy bien, algo que a los demás nos complica porque ahora hay que luchar por el otro puesto de la delantera. Pero, como siempre, todo depende del míster".
La cena, poco a poco, está llegando a su fin. Pero todavía queda un tema pendiente. Su continuidad en el Racing:
"Aún no he firmado nada con nadie. Ahora, solamente estoy concentrado en jugar y en marcar. Eso será bueno para el equipo y me ayudará a afianzarme en el puesto. No me quiero distraer. El entrenador es el que decide y Marcelino me conoce y sabe hasta dónde puedo llegar, pero el club también tiene que dar el sí. Nunca he cerrado la posibilidad de renovar, no he tirado la toalla; ésa posibilidad siempre está abierta. Falta llegar al acuerdo. Si estás en tu casa, en tu ciudad, en tu club ¿quién no renovaría? Está claro que nadie te puede asegurar que vas a jugar, pero quiero sentirme valorado. Si apuestas por un jugador en lo deportivo, también tienes que hacerlo en lo económico, y eso se notará en el campo".
Ésa es la esperanza de Bolado, el '9' que marca poco pero de forma extraordinaria El chico de los goles de oro.