Liga BBVA | Barcelona 2 - Getafe 1

Dominar y pedir la hora

El Barça apela a los secundarios para vencer. Alves y Bojan ganan un partido que Manu complicó al final. Las estrellas azulgrana continúan sin brillar.

ESPECTACULAR. Messi intentó sin éxito una increíble chilena.

El Barça liquidó una semana de la que se habló de todo menos de fútbol con un triunfo ante el Getafe que se basó en el conjunto más que en las individualidades. Y aún así, acabó pidiendo la hora. Tal y como pasó ante el Arsenal, los méritos del equipo blaugrana no se vieron correspondidos por un raquítico marcador final, que llevó a los culés a vivir los últimos minutos con el corazón en un puño. Fue un partido en el que primaron más los actores secundarios que las estrellas y en el que hubo más trabajo que magia. Visto lo vivido desde el lunes, con acusaciones de dopaje y el golpe de la enfermedad de Abidal, el Barça bastante hizo con llevarse los tres puntos, pero si la idea era la de recuperar sensaciones, el Barça dejó bastantes dudas en lo que a la frescura de sus primeras espadas se refiere. No es casualidad que el partido se decidiera con goles de Alves y Bojan. Ni que el Getafe estuviera a un tris de lograr el empate sin apenas decir esta boca es mía. Este Barça es solvente, pero le falta contundencia. Echa de menos a Messi y Villa.

Cierto es que el de ayer era un partido con una carga emocional descomunal. De esos que hace que un equipo quiera ejecutar sus acciones más rápido de lo que se piensa. Si a eso le sumas que ni Xavi ni Villa ni Messi están en su momento dulce de la temporada, entendiendo por momento dulce ése en el que todo lo que tocas acaba dentro, el trance de ayer era uno de esos que sólo se podía sacar adelante a base de juego colectivo. Y en eso, el Barça demostró estar fuera de discusión. Sus vedettes pueden estar más o menos acertadas, pero lo que no falla es el concepto de juego. Colectivamente el Barça es superior a cualquiera, pero hace falta que los solistas estén afinados. Llevan días sin estarlo.

Secundarios. Con los principales actores del Barça en una fase baja de su rendimiento, el Barcelona tuvo que tirar de colectivo para sacar adelante el partido. La grandeza del Barça, probablemente sea esta. Que cuando Messi, Villa y Pedro no están para marcar, aparece un Bojan que resucita cuando la temporada llega a su fase decisiva y un Alves para el que nunca hay descanso. Ellos firmaron los goles del Barça que valen tres puntos que Guardiola consideraba imprescindibles. Pero es que el protagonismo de los secundarios fue más allá. Fue un partido para Mascherano, para Adriano e incluso para Milito, que cumplió con creces.

Guardiola decidió que fuera el argentino el que hiciera pareja con Piqué en el eje de la defensa, dando así una nueva oportunidad a aquel que en diciembre pidió irse de este equipo. Era una opción que entraba dentro de lo posible, pero la sorpresa estuvo en la alineación de Mascherano como pivote defensivo dando descanso a Busquets, quien se adivina como puntal en la fase decisiva de Liga, ya sea en el centro del campo o como central.

Con este planteamiento, el Barça­ pareció tener controlado el partido, porque su conjunto es mejor que el del Getafe, más allá de que sus estrellas no tuvieran el día. Pero eso te lleva a los sustos como el que dio Manu del Moral al final del partido y que obligó al Barça­ a pedir la hora.

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