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Liga BBVA | Espanyol 1 - Mallorca 2

El Mallorca fue una gota malaya

Sensacional actuación de Webó y Tejera. Kameni detuvo un penalti. El Espanyol también desechó un gol de Álvaro. Primera remontada en Cornellà

<b>CASI UN ESPECTADOR. </b>Aouate arrasa a Luis García, antes de que el Espanyol desapareciera en ataque.
CASI UN ESPECTADOR. Aouate arrasa a Luis García, antes de que el Espanyol desapareciera en ataque.

No vencía el Mallorca a domicilio desde el 21 de noviembre en el Sánchez Pizjuán, del mismo modo que el Espanyol sólo había caído en su fortín de Cornellà-El Prat este curso ante equipos que le superan en la tabla (Barça, Madrid y Villarreal); de hecho, nunca se había dejado remontar en su nuevo estadio (la última vez fue en Montjuïc, el 27 de noviembre de 2008). Pero los pericos jugaron al despropósito cuando se habían situado por delante y Kameni ya había detenido un penalti entre otras manos salvadoras, mientras que el Mallorca persistió en su intento una y otra vez hasta dar con total justicia la vuelta a un marcador que le arrima un poco más a la salvación... Y la victoria en su partido 900 en Primera. Para el Espanyol, la permanencia matemática deberá esperar y mucho más Europa.

Los enfrentamientos entre Espanyol y Mallorca siempre deparan instantes controvertidos, para la tertulia del día siguiente. Pero ayer, además de ese tipo de acciones -que las hubo-, el encuentro fue la antítesis del de la primera vuelta en el Iberostar Estadi. Aquello significó el resurgimiento de un gran Espanyol, confiado en sí mismo y en sus opciones de éxito, con una segunda mitad irreprochable que culminó con una victoria en inferioridad numérica. Anoche fue el Mallorca el que usurpó ese rol de conjunto ambicioso. La reanudación le valió tres puntos que fue forjando cual gota malaya, un tsunami de ocasiones, de intensidad y de presión defensiva a la salida del balón blanquiazul, que no pudo utilizar su arma favorita: el contragolpe. Los de Pochettino han optado últimamente por emplear la velocidad en detrimento del juego combinativo y la pausa (nada mejor que tener el balón para no perder), con resultados favorables como el 4-1 a la Real Sociedad el sábado pero también terribles sorpresas como la derrota de ayer. Por no hablar del balón parado...

El penalti, una de esas acciones polémicas de las que hablábamos, llegó muy temprano. En el 7', Webó ganaba por velocidad a Amat, quien le derribó. Le mostró González González una amarilla que pudo ser roja: último defensor y ocasión manifiesta de gol. Pero la suerte del Espanyol continuó en la ejecución, pues Kameni detuvo colosal el chut con semi-paradinha previa del Chori Castro. Mejor incluso pintaban las cosas diez minutos después, cuando Callejón (que ya había estrellado un balón en el palo) entregó un soberbio pase entre líneas a Álvaro, quien fusiló a Aouate tras engañar a la zaga bermellona. Cuarto gol del canterano en esta Liga, lástima que inservible a la postre.

Kameni salvó y se salvó.

Los pericos no supieron aprovechar ese tramo posterior al 1-0, en que el Mallorca quedó noqueado, y estos fueron ganando terreno. En el 29', Kameni volvió a salvar un zurdazo de Castro. Pero no fue el Chori, sino Webó y Tejera, la auténtica pesadilla del Espanyol. El mediocentro, formado en la cantera blanquiazul, completó un partido excepcional, brillante, y hasta pudo marcar en una falta lateral que ni Ramis ni ningún otro acertó a cabecear.

Diferente sería lo del camerunés. En su enésimo intento por marcar, lo que le había llevado a desquiciarse (también a reclamar un posible penalti de Galán), él sí halló la conexión con Tejera a la salida de una falta nuevamente ejecutada por el ex perico. Se adelantó Webó a toda la zaga y goleó solo, de cabeza. Su persistencia le hizo merecedor al menos de ese tanto, que le sitúa como pichichi mallorquinista en solitario, con seis.

A diferencia del pasado sábado, esta vez el Espanyol no supo reaccionar y siguió enredándose en su propia madeja. Así que el Mallorca aprovechó para continuar castigando con su gota malaya hasta encontrar recompensa a ocho minutos del final. Remate de Aki Ienaga (tremendo revulsivo), rechace de Kameni y precisión en el segundo intento, de Nsue. Ya sólo faltó la lesión final de Dátolo...

El detalle: 'pena máxima' de los pericos

Kameni salvó ayer al Espanyol en varias ocasiones. Entre ellas, el penalti que le detuvo al Chori Castro. Es el segundo que para esta temporada, pues antes lo hizo con Ariel, del Racing. Por su parte, Cristian Álvarez atajó uno a Calle, en la Copa. La suerte es totalmente opuesta a la del Mallorca, que ha marrado dos de las cuatro penas máximas que ha tenido en esta Liga.