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Liga Adelante | Girona

La estabilidad permite soñar al 'nuevo' Girona

La Junta, Agné, los fichajes y Montilivi son clave

Marc Bernad
<b>ALEGRÍA. </b>Los gerundenses abrazan a Jandro, después de marcar el tanto de la victoria el sábado.
TOni VILCHES

Sextos en la Liga, con 39 puntos. El Girona está rompiendo moldes y está pulverizando todos los récords de la entidad en Segunda. Las claves de que la afición gerundense esté soñando cada vez con más fuerza y motivo por ver a su equipo jugando en Primera la próxima temporada están en primer lugar en el cambio de directiva. La nueva Junta del Girona ha dado la calma y la confianza a una plantilla que se vuelve a sentir arropada.

Cambios y más cambios para hacer grande al Girona. La segunda clave radica en la vuelta de Raúl Agné al banquillo rojiblanco. Un viejo conocido de la grada y que logró el ascenso a Segunda. La victoria en Vila-Real significó la cuarta consecutiva, un hecho nunca visto en Montilivi desde el retorno del equipo a Segunda. Agné fue el último que logró este hito. Lo hizo en dos ocasiones, precisamente, la temporada del ascenso. Después de haber encadenado una racha de nueve jornadas sin conocer la derrota, sumando 21 puntos de los últimos 27 posibles -seis victorias y tres empates- han colocado arriba al Girona. Con la dirección del club y del equipo definidas, sólo quedaba el proyecto deportivo. Tras un inicio de temporada difícil, el acierto en los fichajes ha sido clave y excepcional. Se firmó, entre otros jugadores, a Jandro y Despotovic. Ambos han formado una dupla de ensueño. Son los máximos goleadores del equipo y junto a Peragón forman un trivote atacante imparable. Los tres suman 28 de los 38 tantos que atesora el Girona en Liga.

Fortín.

La última clave que esta haciendo que el Girona se haya colado entre los grandes ha sido la unión con la afición. Montilivi vuelve a confiar en su equipo. El club está ayudando a que el estadio presente un gran ambiente y las iniciativas para apoyar al equipo en casa se multiplican. Los viajes no está siendo una excepción. Con la visita al Barcelona B, 960 aficionados acudieron al Mini Estadi y además de batirse un record histórico se abrió la veda. 600 se congregaron en Vila-Real. Hay ganas de Primera. Chapeau.