Solo se moría y Goitia lo mató

Peor todavía que en sus tres encuentros precedentes, el Betis sumó su cuarta derrota consecutiva y mantiene su caída libre hacia no se sabe qué lugar de la clasificación, toda vez que el ascenso directo puede quedar hoy un poco más lejos. Partido nefasto de los verdiblancos, una banda apática sobre el césped que se empujó a sí misma al abismo además, pues regaló los cuatro goles con los que Elche, resucitado en Sevilla, goleó y puso un colosal fin a su racha de siete partidos sin ganar. Al que hasta ayer era uno de los equipos menos goleadores de Segunda le bastó con su orden defensivo (que lo sigue teniendo) y con esperar que el rival se derrumbara como un castillo de naipes. Que se sigue derrumbando, quién sabe dónde estará su fin.

Puede que encontremos las razones en el fondo de su vestuario, agujero insondable (como todos) donde se cocinan pócimas de grandeza y de miseria casi con la misma facilidad. Frente a un Elche solidario, que se arropó con trabajo en contra de la adversidad (siete bajas y un nuevo portero, Jaime, que por cierto no pareció llevar tantos meses de inactividad), el Betis enseñó apatía, personificada en un hombre cuya alineación, en este caso sí, habrá que criticar a Pepe Mel: Emaná.

Vísteme despacio, que llevo prisa, dice el certero refranero español y muchos seguimos sin aplicarnos el cuento. Tal vez se equivocó Mel al colocar a Emaná en el once a las primeras de cambio. Fue como mandar este mensaje a su equipo: "No importa que no corramos, vamos a ganar, simplemente, porque tenemos al camerunés". Y el camerunés, que no ha completado cuatro entrenamientos después de un mes parado, demostró que no tiene para cuatro carreras completas. Le falta el aire, por lo que se pudo ver después, hasta para tirar bien los penaltis.

¿Para qué Emaná?

Con Emaná o sin él, el Betis pareció ayer, más que en las otras tres derrotas, un equipo en estado de coma. Donde antes no paraba de presionar no se encuentra un solo futbolista verdiblanco. Ahora parecen de subbuteo, de poco que se mueven y empujan al rival.

Un equipo impávido al que Linares perdonó hasta dos veces a bocajarro durante el primer cuarto de hora. No es extraño que el Elche sea uno de los equipos menos anotadores de la categoría, lo explica el poco tino de sus delanteros. A la tercera, los ilicitanos no erraron, pero esta vez fue Palanca, más talentoso que el ariete zaragozano. Palanca aprovechó un nefasto despeje de Roqué y fusiló al portero vasco. El peor escenario posible para Mel, que con urgencia buscó remendar su planteamiento inicial quitando a Beñat y poniendo a Molina. Fue el alcoyano, precisamente, el que provocó el (seudo)penalti con el que el Betis pudo empatar y darle otro aire al partido.

Pero la historia verdiblanca se escribe con renglones torcidos, así que a nadie extraña que Emaná, que insistió hasta la pataleta en lanzar la pena máxima, lo fallara de flojo y centrado. No, no era el día del Betis, que después de haber batido récords anotadores parece incapaz de meterle un gol ni al Arco Iris... Y al que sólo le faltaba un recital de cantadas de su portero.

Goitia, sí. Primero, quedándose parado en una falta desde casi 30 metros (Mantecón), que entró por el centro y sin rebote. Más tarde, nada más comenzada la segunda parte, saliendo a destiempo para no meter la cabeza y dejarle el gol en bandeja, esta vez sí, a Linares. Y después, al final, completando el doblete y la goleada ilicitana al quedarse de nuevo demasiado tiempo pegado a sus palos. Antes de ese cuarto tanto Jorge Molina había acortado de penalti para que la grada verdiblanca rugiera como nunca, pero los locales, de puro incapaces e incluso contra diez jugadores, nunca dieron sensación de creer en la remontada. Al Betis le falta lo que nunca perdió el Elche, la confianza, la fe. Y muchas otras cosas que se escaparon por el agujero negro del vestuario, que no se recuperarán a menos que alguien (técnico, directiva, jugadores) dé un fuerte golpe sobre la mesa.

Resucitó el Recreativo y ahora, el Elche

El Recre ganó la semana pasada su primer partido de la temporada a domicilio en Heliópolis y ayer fue el Elche el que logró la victoria después de no ganar desde que lo hiciera ante el Alcorcón en la decimosexta jornada (0-1). Desde entonces el Elche había empatado, de local, contra el Rayo Vallecano (1-1) y Granada (0-0) y de visitante, ante el Villarreal B (1-1), Xerez (0-0) y Recreativo de Huelva (0-0), mientras que perdió contra el Celta (1-3) y Cartagena (1-2).