Nino termina la pesadilla

Fue el de ayer un partido de sorpresas. Nada hacía presagiar que el Tenerife iba a encajar tres goles después de ponerse por delante, como tampoco nadie pensó que sería capaz de empatar cuando el Girona mandaba (1-3) con un futbolista más. El cuadro local vive gracias a que Nino lo metió en el partido, a su fe y también al empuje del Heliodoro. Tiró el estadio de su equipo incluso en los peores momentos, cuando se le veía muerto y, desagrándose, parecía firmar su certificado de muerte. Ahora, aún le queda esperanza.

El envite empezó con sobresaltos cuando un error de Prieto habilitó a Despotovic, luego bigoleador, para batir a Aragoneses, pero cruzó demasiado su disparo y el partido siguió sin goles. Nada tuvo que ver aquel susto en la meta de Sergio con lo que vendría después, un vendaval enorme llamado Tenerife. Recuperado por Tapia hasta llegar a su mejor versión, empezó a fabricar el mejor fútbol que se le haya visto en meses. Baste con decir que forzó hasta una decena de saques de esquina en un cuarto de hora en una operación de acoso en toda regla. La culminó Sicilia con un testarazo y el balón a la red. Era seguro que lloverían los goles. Lo que no se sabía es que se los repartirían ambos equipos.

No supo el de Tapia administrar su ventaja. Cometió errores de bulto y dos de ellos los explotó Despotovic, que primero empató y luego puso por delante a los suyos. El momento era crítico para el Tenerife: a un paso del abismo, se fue al descanso entre pitos y todavía agravó más su posición con la tarjeta roja de Sergio. Una salida a destiempo del portero condenó a los locales y los llevó al matadero. Pero hay algo en el Heliodoro que reside en la isla desde los años de la UEFA. Algo así como un pacto con la épica y los milagros a última hora. Así, se puso el equipo el mono de trabajo mientras se desinfló el Girona. Pensará Agné que es intolerable que su defensa permitiese percutir a Nino hasta dos veces con superioridad numérica. Y creerá Tapia que este final de locos es la mejor forma de convencer a los suyos de que valen mucho más. Por lo pronto, ya no son colistas de Segunda División.

Pitos para Santamaría

El que fuera portero de Las Palmas, de donde salió de muy malos modos, no tuvo una buena tarde en el coliseo blanquiazul. Fue pitado durante varias fases del encuentro de ayer y, además, no tuvo su mejor tarde en la portería, volviéndose a casa con tres goles encajados.