La falta de gol condena al Nàstic y aviva a Las Palmas

La falta de gol del cuadro de Juan Carlos Oliva fue determinante, a pesar de realizar buen juego durante algunas fases y el resultado deja a ambos conjuntos como estaban en la clasificación: al Nàstic hundido en el pozo de la tabla y los insulares bordeando la zona de descenso.

Los primero minutos del encuentro fueron una declaración de intenciones, con el cuadro de Oliva decidido a llevar la iniciativa. Los canarios, por su parte, ordenados, esperando atrás, bien arropados y sin pasar excesivos apuros.

De hecho, el poco peligro que crearon los locales en los primeros compases fue desde lejos, por ejemplo, en un disparo de Bergantiños que salió desviado. Poco después, los locales reclamaron penalti por unas posibles manos dentro del área de un defensor canario, sin que Ontanaya López señalada nada.

Pasado el cuarto de hora, Morán puso a prueba a Barbosa desde lejos, pero éste respondió a la perfección desviando el disparo. El partido tenía ritmo y los locales estaban animados de cara a la portería contraria.

Además, la movilidad de hombres como Viguera o Rey creaba huecos que los centrocampistas pudieron aprovechar para generar situaciones de peligro. El problema era el de siempre: la escasa pegada.

El Nàstic tocaba y tocaba buscando el gol, con velocidad y movilidad mientras que los de Jémez aguantaban la embestida como podían. De hecho, pasada la media hora llegó la oportunidad más clara, tras un barullo dentro del área que Barbosa despejó con la cara cuando se cantaba el gol.

Las Palmas apenas creó peligro en este tiempo, sólo una incursión de Pedro Vega por banda izquierda, cuyo lanzamiento salió fuera, cerca del palo. A partir de ahí el encuentro fue perdiendo intensidad y el cuadro amarillo se fue encontrando cada vez más cómodo. Los locales seguían creando peligro, pero su fútbol no era ya tan fluido ni ordenado, dejando que los canarios acabaran la primera mitad llegando al área contraria.

La segunda mitad se inició siendo un calco de la primera. El Nàstic iba a por todas con un incisivo Rey, que se erigió en el mejor del encuentro con todo merecimiento, mostrando su explosividad por banda derecha. Incomprensiblemente, Oliva lo sentó en el banco al cuarto de hora.

El Nàstic continuó apretando, aunque el paso de los minutos fue nuevamente diluyendo su intensidad. Los canarios siguieron siempre con la misma línea: aguantar las embestidas e intentar aprovechar alguna contra aislada.

Los locales, casi pagan su falta de gol con la derrota. A dos minutos del final, Rubén hizo la parada del partido ante un disparo de Suárez, cuando el balón prácticamente entraba. Pero el conjunto insular tuvo una aún más clara en el tiempo añadido: un remate de Quiroga con Rubén prácticamente batido que incomprensiblemente envío fuera.