Un Trejo de Primera alarga el sueño rayista

La suerte es para el que la busca y eso fue lo que hizo el Rayo en el Mini. Se agazapó atrás para salir a la contra y se encomendó a Trejo y Armenteros para convertir en realidad sus aspiraciones de ascenso a Primera. Fue el Barça B el que puso el fútbol, pero este Rayo de Sandoval te descuartiza si les da un metro.

Un Cobeño sensacional bajo palos y dos goleadores en racha son demasiado para un rival que sale dormido a un terreno de juego. En el primer minuto se adelantó el Rayo gracias a un Trejo eléctrico que aprovechó un error infantil de Ilie para recorrer la distancia que va del centro del campo hasta el área, prolongar sobre Armenteros y aprovechar el rechace de su disparo para colocar el balón en la escuadra. Fue un jarro de agua fría que despertó al filial. Se enchufaron y fueron amos y señores de un juego que a la postre sería injusto con ellos. Pese a ello, cada llegada al área rayista era un aviso. Hasta que Dos Santos se inventó un pase magnífico para que Soriano de toque cruzado y suave batiera a Cobeño.

Experiencia.

En la segunda mitad y ante la pasividad de Delibasic, Sandoval dio entrada a Míchel. Dotó de experiencia y de mayor control de balón a su equipo. Mucho juego en la medular, pero sin inquietar ambas áreas se desarrolló el encuentro hasta que de nuevo Trejo desarmó al Barça B y asistió a Armenteros para que éste lograra un auténtico golazo. Empalmó un balón desde la izquierda de un Miño que vio como el esférico se colaba como una exhalación en su portería. El filial lo intentó, pero nadó para morir en la orilla. Éste Rayo huele a Primera.