El reportaje | Ruanda enloquece con su equipo juvenil
El estadio de Kigali es habitual marco militar
En la guerra fue campo de refugiados.
El campo que albergará la final del Africano Sub-17 de esta tarde en Kigali tiene mucha más historia que la que le proporciona el fútbol. Propiedad del gobierno ruandés, el estadio Amahoro, que así es como se llama, acoge eventos deportivos, pero también conciertos, actos políticos y grandes desfiles militares. De hecho, el ejército de la nación suele exhibir ahí su poderío los días en los que se reconoce a las Fuerzas Armadas. Y no son precisamente pocos.
Sin embargo, por lo que más se recuerda a este estadio de 35.000 espectadores de capacidad es por la función que asumió durante el Genocidio de 1994. Naciones Unidas lo erigió como Lugar Protegido y sobre su maltrecho césped se construyó un inmenso campo de refugiados que dio cobijo a 12.000 tutsis sin hogar. Muchas de las escenas más espeluznantes y duras que dejó la guerra se produjeron en aquel inmenso poblado construido entre las gradas y las paredes del recinto deportivo. El fútbol quedó entonces en un segundo plano ante la realidad social y de violencia que asolaba al país.
Ya después de instaurarse la paz, el estadio fue recobrando poco a poco su verdadera función. El fútbol regresó con varios encuentros de la selección que no tuvieron la acogida esperada por parte de la población.
Según se fue asentando la democracia en el país, el Amohoro sí registró mayores dósis de emotividad. El país ya pelea allí por clasificarse para la Copa de África, algo que logró en 2004, y en las tribunas y el césped se van olvidando lentamente los terribles sucesos acaecidos en ese mismo escenario.