La euforia liguera no cierra la herida con el Consistorio

Las relaciones entre el Granada Club de Fútbol y el Ayuntamiento de Granada no acaban de normalizarse, porque sigue existiendo un distanciamiento notorio, entre Quique Pina y José Torres Hurtado. El alcalde prometió cerrar las esquinas del campo si el equipo ascendía a Segunda y su concejal de Cultura una subvención similar a la que recibía el CB Granada (un millón de euros). Ninguna de las dos se ha cumplido, por lo que Pina se lo ha recordado al alcalde, la última vez tras el partido ante el Barcelona B: "Es la única persona fuera de juego de este proyecto".

Torres Hurtado le contestó que él cumple su palabra y que se cerrarán las esquinas del campo para aumentar su aforo en unos 8.000 espectadores cuando el equipo se consolide en segunda. Sobre la ayuda económica prometida, el alcalde subrayó que la institución que gobierna no puede darle un duro al Granada porque es deudor con Hacienda y la Seguridad Social. Torres Hurtado también comentó que el Ayuntamiento le cede el campo, que ha hecho importantes reformas en el terreno de juego y en el estadio, y que además ha construido unos palcos para que el club consiga más ingresos. De momento, las heridas abiertas en las relaciones entre ambos no cicatrizan, aunque está claro que están condenados a entenderse.