Liga de Campeones | Copenhague 1 - Barcelona 1

Atasco en Dinamarca

El Barça pierde la oportunidad de sellar su pase a octavos. Deberá jugársela en Grecia antes del clásico. Tremendo rodillazo de Valdés a N'Doye.

SÓLO UN SUSTO. Víctor Valdés arrolló a N'Doye en la pugna por el balón. Por suerte, no pasó nada

El Barça se atascó en Dinamarca. La fantasía se cortocircuitó en el Parken ante un Copenhague muy intenso y muy físico que frustró el intento del Barça de sellar su pase a los octavos de final de la Champions. El empate a uno de ayer obliga a que el Barça vaya a Grecia a tratar de ganar en la semana del clásico. Una faena.

Había avisado Guardiola que el partido iba a ser duro y los daneses de Solbakken no defraudaron al gurú blaugrana. A los dos minutos, Puyol estaba en el suelo después de un guantazo de Bolaños, minutos después era Busquets el que se llevaba un recuerdo y tras las dos primeras tarascadas, el Barcelona se cortocircuitó. No había ni rastro del exuberante equipo que apabulló de salida al Sevilla. Ante la agresividad de los locales, el Barça ni creaba ni tenía paciencia. Y encima, se veía superado por el juego directo de los daneses.

Fruto de una de estas jugadas, Puyol, que estuvo espantoso durante toda la primera parte, se comió un despeje de la defensa danesa que obligó a Valdés a salir con todo para evitar el remate de N'Doye. El portero blaugrana lo evitó, pero al tiempo que despejaba el balón, le daba un tremendo rodillazo en la cara al delantero de los daneses que hubiera dejado KO al mismísimo Mike Tyson. Incomprensiblemente, el senegalés se levantó tras recibir los aromas del agua milagrosa. Para cualquier otro mortal, una galleta como la que se llevó era un pasaporte al pensionado por larga enfermedad.

El caso era que a base de repartir mandobles y de intimidar hasta en los saques de banda, los daneses habían frustrado el juego del Barça. Los de Pep no se sentían cómodos y para más inri, Puyol seguía empanado y cada una de sus actuaciones era una oportunidad para los rivales.

El insaciable.

Pero la gran suerte del Barcelona es que en este equipo milita Leo Messi. Un jugador que necesita bien poco para marcar goles. Recién cumplida la media hora de partido, la Pulga supo recoger un balón descolgado por Keita al tun tun para marcar el primer tanto de los barcelonistas. Era el gol 100 de Messi con el Barça desde que Guardiola entrena al equipo blaugrana y que además le situaba ya como máximo goleador de la historia del Barça en competiciones internacionales por delante de Rivaldo, con 32 tantos.

El gol era una ocasión pintiparada para cambiarle el ritmo al partido y serenar el ánimo de los escandinavos, pero no hubo ocasión para ello. Nada más sacar de centro, Alves se encantó y dejó una autopista a Gronkjaer, quien centró al área, Valdés cantó por faralaes en la salida y le dejó el balón franco a Claudemir, que marcó el empate.

A partir de ese momento, el Barcelona cada vez fue a menos y los daneses, dentro de sus limitaciones, a más. Los de Solbakken impusieron su fuerza física, conscientes de que jugaban el partido de su vida y cortaron de raíz cualquier intento de un Barça que se veía intimidado por la potencia física de los daneses. Sólo la entrada de Pedro en los instantes finales dio algo más de mordiente a la delantera barcelonista. En el descuento, el canario pudo decantar el partido, pero su disparo volvió a dar en el poste.

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