Rafael Gordillo: "Seré el presidente del Real Betis"

Trece o 14 de diciembre de 2010, Junta de Extraordinaria de Accionistas: Rafael Gordillo Váquez resulta elegido el presidente número 41 del Real Betis Balompié. Se trataba de un secreto a voces, de una posibilidad a la que sólo le faltaba la confirmación del protagonista, que dudaba sobre si aceptar o no... Hasta que un fatal empujón del destino ha precipitado su decisión: la muerte de Juan Manuel Gómez Porrúa, gran valedor del Gordo como máximo dirigente, trae bajo el brazo el sí del Vendaval del Polígono, que confirmó en el entierro de Porrúa, como homenaje al administrador y ya amigo caído, que acepta abanderar la transición: "Porrúa insistía en que debía de ser el presidente, pero sabéis que a mí no me gustan los cargos, las cosas de figurar. Pero lo haré, seré presidente, seguro. Es un homenaje a Juan Manuel y a su trabajo".

Del trabajo de Juan Manuel se hablará precisamente en los próximos días. El abogado de Sanlúcar, jefe y cabeza visible del triángulo formado por Gordillo, Luis Ruiz de Huidobro y él mismo, tendrá esta misma semana un sustituto, nombrado por la jueza Mercedes Alaya. Gordillo y Huidobro conservan ese trabajo gestado durante casi tres meses, que en los últimos días (el pasado viernes mantuvieron su última reunión) se había centrado en preparar la Junta de Accionistas de diciembre y en qué miembros formarían el Consejo de Gordillo. Nombres como los del empresario y ex directivo verdiblanco Miguel Espina o el abogado Adolfo Cuéllar, de la Fundación Heliópolis, han sonado como favoritos para formar parte de esa directiva que sucederá a la de Sacristán y Oliver.

¿50 peñas?

El otro gran reto que ha legado Porrúa tras su fallecimiento es el de conseguir que las acciones de Lopera, por sí solas, no fueran el aval de la llamada oposición para postularse a dirigir el Betis. Luis Oliver, que quiere entrar también en el Consejo, aseguró hace unos días disponer de "50 peñas y 1.000 accionistas de cara a la Junta". Los administradores judiciales, que manejan el 51 por ciento accionarial de FARUSA, desean que los opositores dispongan de mayoría y de solvencia económica para que estén moralmente legitimados a la hora de entrar en el club.