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Simao

"Echamos de menos el miedo que infunde Kun"

El portugués ha iniciado bien la temporada, pese a que en el verano el club escuchara ofertas por él. Al volver, Simao se reunió con Quique y el técnico le confirmó que contaba con él. El extremo está con ganas, es su último año de contrato, pero asegura no pensar en ello cuando sale al campo.

"Echamos de menos el miedo que infunde Kun"

En el verano muchos le veían fuera del club y ahora es titular y el máximo goleador.

Tras una temporada que me desgastó mucho, intenté olvidarme de todo en las vacaciones porque sabía que cuando volviera debía entregarme a tope, esta es una temporada muy importante para mí. Y así lo hice para llegar a la Supercopa. Algunos dudaban de que llegara en condiciones de jugarla, pero lo conseguí. Quería porque sabía que era el inicio de la gran temporada que quiero hacer.

¿Le molestó que se dudara de usted?

Las críticas me motivan aún más. Me molestó un poco, pero yo sabía que comenzando bien todo cambiaría. Nunca dudé de mí. La pasada campaña, entre el Atlético y la selección, jugué casi 80 partidos y la gente quiere ver al jugador siempre a tope: desbordar, lanzar centros, y hacer goles, pero no es nada fácil con todos esos partidos en las piernas. Este año es fundamental para mí porque es el último de contrato, y no es que tenga que demostrar algo a la gente, pero para mí siempre lo más difícil ha sido mantener el nivel.

Lleva tres goles y tres asistencias en este inicio. ¿Por ahí pasaba lo de empezar fuerte?

Sí. También es cierto que comenzar ganando lo cambia todo. La temporada pasada empezamos muy mal y perder hace que llegues a los partidos estresado. Este año la plantilla se reforzó con calidad y sabíamos que había que iniciar bien para llegar al objetivo que es estar en Champions. Los dos títulos demostraron que tenemos equipo para ello.

Ganar la Europa League fue un hito, pero ¿qué supuso mentalmente para la plantilla ganarle al todopoderoso Inter la Supercopa?

Muchos nos daban por muertos antes de jugarla y fuimos superiores. Nos dio otro aire para empezar la liga. Llevo tres años en el club y antes, ni yo ni la institución habíamos ganado esos títulos. Han sido tres años muy positivos para mí y espero un cuarto en esa línea.

¿Le preocupa que aún no esté solucionado su futuro?

En el verano se escribió que el club me quería vender, pero nadie habló conmigo. Nada más volver tuve una reunión con Quique y le dije lo que pensaba, que quería seguir y hacer lo posible para ser titular. El míster me dijo que contaba conmigo. Yo no juego sintiendo que es mi último año, estoy comprometido con el grupo, en el campo intento disfrutar, porque sólo con alegría salen bien las cosas.

¿Cómo están sus conversaciones con el club?

Depende del club. Ellos hablaron con mi agente, creo que si hay interés de las dos partes se llegará a un acuerdo. Estoy tranquilo porque en tres años creo que no he defraudado a nadie. Gil Marín y Pitarch me ficharon y creo que pueden estar contentos por lo que he aportado y la prueba es que soy de los que más partidos ha jugado.

La crisis alcanza a todos. ¿Renovaría a la baja?

Creo que mi representante ha empezado a hablar, pero creo que no se habló de sueldos todavía. Lo más importante es que las dos partes muestren su voluntad de seguir juntas.

El equipo se encuentra en un punto delicado de la temporada tras la derrota en Sevilla con peligro de descolgarse de nuevo. ¿Lo han analizado así?

Sí. La meta era llegar al parón habiendo ganado al Leverkusen y al Sevilla, pero hasta ahora creo que el inicio ha sido normal. En nuestras cuentas quizás faltan esos dos puntos de Valencia. Sabemos que los tres puntos del Getafe son vitales porque los diez primeros partidos de Liga marcan por qué vas a pelear. Si al finalizar esos diez partidos estamos entre los cuatro primeros, será difícil que nos saquen de ahí.

Parece que defensivamente el equipo ha dado un paso adelante, pero parece que ahora le cuesta crear más fútbol.

Yo no lo creo así. Si toma como referencia el partido del Bayer o el del Sevilla, creo que no es así. El problema fue que regalamos 45 minutos. El rival se crece ante esta situación. Hemos hablado entre nosotros para que no vuelva a suceder. Tenemos que salir desde el primer segundo a tope y luego, en la segunda mitad, saber controlar. Y en casa hay que hacerle entender a los rivales que va a ser imposible que puedan sacar un punto, que vienen aquí para sufrir. Es cierto que el equipo defensivamente se encuentra mejor posicionado y en ataque no hemos estado finos los dos últimos partidos.

¿En ese sentido les ha cambiado los planes no poder contar con Agüero?

Es normal porque es un jugador, como lo es Forlán, al que los equipos temen, se asustan, y lo echamos en falta. Pero Diego Costa está jugando al nivel que el míster le pide y aportando. Son jugadores diferentes y eso también está bien. Está claro que con Kun somos más fuertes, así que esperamos que se recupere deprisa.

En la Europa League la situación se ha complicado.

Sí, afortunadamente el Rosenborg le ganó al Aris. La diferencia es sólo de tres puntos. Ahora llegan los noruegos y hay que ganar sí o sí porque en Europa queremos volver a hacer historia.

¿Notan que los equipos salen más motivados ante el campeón?

Es una sensación bonita. Quieren nuestro cetro, pero debemos demostrar el orgullo del campeón.

Su último partido internacional fue ante la campeona del mundo. Portugal también tuvo en los últimos años buenos futbolistas, pero ¿qué les faltó para ganar un título?

Estuvimos muy cerca en la Eurocopa de 2004. Sólo perdimos los dos contra Grecia, en nuestro grupo y en la final. La plantilla era fantástica y dos años después llegó a semifinales del Mundial en Alemania. Ahora entra gente joven y el entrenador cambió. Portugal está en reconstrucción y no es fácil. España, por ejemplo, ganó la Eurocopa cuando todo el mundo dudaba y el Mundial, lo mismo. Decían que ya no era la España de la Eurocopa... Esto es fútbol y gana el que mantiene la misma forma de trabajar y de pensar y España lo hizo. Portugal debe recuperar la autoestima. Hay potencial para volver a competir con los grandes.