FÚTBOL INTERNACIONAL | BRASIL 2 - UCRANIA 0

Brasil intenta olvidar a Dunga a costa de Ucrania

Alves y Pato fueron los autores de los dos goles del encuentro. Brasil sigue afinándo su juego para volver al jogo bonito que se perdió con Dunga.

Eduardo Fdez. - Abascal
REUTERS

La selección canarinha se impuso a una Ucrania que sin Shevchenko, lesionado a última hora, ni siquiera tuvo morbo. Y no sólo porque se eche de menos al ex del Milán sino porque más allá de Tymonshuk, Aliev y Milievski es un equipo lleno de complejos y desperfectos. Aún así un Brasil alegre y vistoso, sólo venció por dos goles a cero.

La canarinha se encuentra todavía en la fase de transición necesaria del que quiere pasar de la nada al todo, del terror a la comedia... de Dunga a Menezes. Sigue afinándose como la guitarra, que tras pasar por las manos de un mal músico, trata de volver a tocar una melodía acorde a su cultura. Una tierra que presume de calidez, samba y ritmo no merecía un juego gélido, soso y brusco como el exhibido en el Mundial. Así, se ha subido al carro del tiki-taka español. Sin embargo, de momento, la intención es más estimable que la ejecución.

Y es que donde en España está Xavi en Brasíl juega Leiva, y dóne Iniesta lo hace Ramires. Menezes lo sabe y trata de solventarlo con dos armas inherentes al jogo bonito brasileño: los carrileros. Andre Luiz por la izquierda y Alves, genial e incombustible, por la derecha. El del Barça lo intentó de falta en el minuto 4, repitió ocasión en el 9 de vaselina y culminó su trabajo en el 24, a la tercera, a la vencida... Recibió un buen centro de Robinho y lo empalmó sin pensarlo y con la fortuna que acompaña a los buenos. Golpeó primero un defensor ucraniano y después en el palo para luego meterse a la red.

Pero sin duda alguna, el paradigma del descaro de la escuela canarinha se encuentra en Robinho, el jugador más diferente y diferencial que posee esta selección. Amén de Pato. En sus bailes, en sus pedaleos y en sus conexiones radica el mayor peligro ofensivo de Brasil. Pato fue el autor del segundo tanto. Recibió de Carlos Eduardo desde la derecha, giro a velocidad de vértigo y disparo, suave y lento, para que el portero Pyatov colaborase en embellecer su acción. Antes, el del Milán realizó otra genial jugada, aprovechándose de un error de Tymonshuk, quebrando a su defensor y enviando un balón al palo.

Ucrania aprovechó el jolgorio de los brasileños y gozó de una clara ocasión al inicio de la segunda mitad. Rotan desde fuera del área estrelló un balón a la madera en la ocasión más peligrosa de los suyos. No obstante, antes, al filo del descanso, Ucrania pudo empatar de no ser porque el árbitro señalizo falta previa de Milievski a un gol anotado por Aliev. Éste, con dos faltas, una en la primera mitad y otra en la segunda, fue quien más inquieto a la nueva selección de Brasil, que ganó sin problemas pero que aún está lejos de lo que Menezes y su afición pretenden. La vuelta del jogo bonito.

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