Sacristán: "Soy amigo de Lopera, no lo niego"

Alas 13:05, cuando comenzó la presentación del cuadragésimo presidente del Betis, ocho de los nueve consejeros actuales del club estaban o habían estado hacía pocos minutos en las oficinas de la Avenida de la Palmera. Sólo uno, Manuel Castaño, acompañó a Jaime Rodríguez Sacristán durante su primera comparecencia pública. El resto calló, omitió o huyó, como Rufino González, dimisionario en ciernes, que se cruzó con Sacristán al salir por la puerta de cristales y no medió palabra alguna. Otros, como Luis Oliver, prefirieron escuchar desmarcados, desde sus despachos, la intervención del nuevo presidente del Consejo. Tal vez porque preferían que no se les relacionara con algún oscuro conocido de la afición verdiblanca que aún mantiene una estrecha relación con Jaime y que, se rumorea, ha contribuido a que él se encuentre ahora ahí... "Soy amigo personal de Lopera y no reniego de él. Pero él no está detrás, ni delante ni al lado, aunque sigue estando, expectante de sus derechos"

Con Lopera y con Oliver estuvo un diplomático Sacristán, que se desdijo de haber llamado "prevaricadora" a la jueza Mercedes Alaya: "A Luis Oliver hay que deberle el nivel competitivo del equipo. Es el artífice de un proyecto nuevo que, si nos dejan, terminaremos: poner la marca Betis en lo más alto. Respecto a lo que dije de la jueza, aprovecho para pedirle perdón por aquello, pero sigo entendiendo que si a una persona (Lopera) se la juzga por un delito patrimonial y se le embarga un patrimonio, el resto de medidas no proceden".

Sacristán no cargó ni siquiera contra la oposición, a la que afirmó "admirar" por su capacidad judicial, y reconoció que pronto tendrá que dejarle los bártulos a un nuevo consejo: "Lo que quiero es dejar el camino lo más libre posible para el que llegue. Si soy el breve o el efímero... El carácter provisional, si no se asume, es que no estaríamos en un plano real. El día a día en un club como éste es brutal. Hay mucho trabajo por hacer y hay muchas personas pendientes de lo que se hace. Dos meses pueden ser una eternidad. Lo que la Audiencia vaya a fallar no está en mi mano contestarlo, aunque todas las partes tenemos nuestra idea".