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Liga Adelante | Tenerife 0 - Celta 2

El Celta se come a Arconada

El Tenerife sufre un suplicio y la grada del Heliodoro pide que vuelva José Luis Oltra

Manoj Daswani
<b>APUROS DEFENSIVOS. </b>Pablo Sicilia, en el centro de la imagen, pugna con De Lucas en una acción en el área del Tenerife ayer en el Helidoro Rodríguez López.
APUROS DEFENSIVOS. Pablo Sicilia, en el centro de la imagen, pugna con De Lucas en una acción en el área del Tenerife ayer en el Helidoro Rodríguez López.acan

Un Tenerife al borde de la histeria firmó ayer uno de los días más zozobrantes que se le recuerdan. Su inicio atroz y la desconfianza creciente enterraron cualquier atisbo de recuperación y, con él, se va al pozo también Arconada, desde anoche sentenciado. El beneficiado fue el Celta, que se fue fortalecido, con tres puntos más y la moral por las nubes. Vinieron los de Herrera a pescar en río revuelto y lo consiguieron al cabo de un envite que plantearon con inteligencia, sabiendo cuándo y dónde pinchar a un rival que se desinfló sin remedio.

A los visitantes les salió el partido perfecto al tiempo que sufrían los locales un suplicio monumental. Ya nació mal la contienda para ellos cuando las dudas de Melli devinieron en un penalti pitado a Sicilia y transformado por Trashorras. El lucense, a la postre el mejor, empezaba a escribir con su gol el guión de los horrores para Arconada. Un buen centro de De Lucas, sólo unos minutos más tarde, pudo hacer mayor la herida que agrandó a continuación Catalá con un cabezazo que sí fue adentro. Gol, 0-2, pitos... y la atención que viaja del césped a la grada.

El Tenerife, vulgarizado por la desconfianza, remó desde entonces contra el rival, contra sus dudas y también contra un escenario hostil. El Heliodoro, eso sí, dio una lección: Protestó cuando los goles, al descanso y al final. Cuando no pitó, ayudó. Pero era lo de ayer una guerra inútil donde a los blanquiazules no valió ninguno de sus recursos, tampoco el orden y equilibrio del segundo acto, más digno, menos estridente. Las opciones de empatar las tiró Kome al sumidero cuando falló un penalti y entonces el estadio, cual circo romano, habló. Lo había hecho antes la pelota, que desnuda a un Tenerife que tirita. Pues bien, luego se pronunció la grada. Su mensaje es demoledor: "¡Oltra, Oltra, Oltra!". A Arconada le quedan horas.

Gonzalo Arconada "El entrenador es el señalado"

Estamos todos desilusionados, pero siempre que te tropiezas y te caes lo que hay que hacer es levantar el ánimo y mirar hacia el futuro. Pensar desde a tranquilidad porque en caliente no es lo mejor. Al final, cuando recibes un golpe, lógicamente estás afectado y con ánimo decaído, pero las cosas hay que verlas con normalidad y poco a poco iremos viendo con optimismo. Es normal que seamos los acusados y el más señalado sea el entrenador y hay que afrontarlo con entereza. Creo que los futbolistas se han entregado, el equipo quiere salir de esta situación, pero está hundido y afectado. No creo que sea un problema de falta de ganas".

Paco Herrera "Esta vez sí me voy contento"

Nosotros empezamos con el clásico 4-2-3-1, pero había que esperar un par de minutos para fijar esas posiciones por si ellos no se daban cuenta. Honestamente, creo que ha funcionado, pero son los jugadores los que se merecen todos los halagos. Yo no soy amigo de regalarle méritos al equipo y en este partido sí que acabé contento. Bustos nos ayudó mucho en defensa. El equipo se encontró cómodo defendiendo, que para mí es lo más difícil. Mi estilo no es especular con el resultado, yo pienso que los partidos se ganan en los últimos treinta minutos y los cambios son muy importantes. Me duele lo que está viviendo Arconada".

Preocupados por la imagen

No hubo novedades ayer repecto al futuro profesional de Gonzalo Arconada. Sin emabargo, el Tenerife podría anunciar entre hoy y mañana un relevo en el banquillo blanquiazul. Fuentes del club aseguraron a AS que la preocupación es "máxima", después de que el equipo mostrara una pésima imagen en el inicio del campeonato, donde ha padecido cuatro derrotas en otros tantos duelos.