Renuncia con premio

El titular de esta crónica estaba ya escrito en el minuto 80 de partido. Con lo que parecía un 0-0 cantado, uno de esos partidos feos de Segunda cargados de brega en la medular, el Elche ya sacaba premio de sobra tras ceder el balón a un Cartagena al que le faltó la lucidez en tres cuartos de campo que le corresponde y también la puntería (aunque a fe de ser justos no tuvo Toché muchos balones que rematar...). Si se hiciera un símil pugilístico, a los puntos tampoco merecería ninguno de los dos llevarse el triunfo, sería un combate nulo 'de todas todas'. Lo que prometía ser un partido entretenido acabó siendo un tostón.

En realidad fue lo que Bordalás quiso plantear. Eso, o que los creativos Kike Mateo y Xumetra no aparecieron en toda la tarde. Así era difícil irse a por el marco de Rebollo. Lo suyo era fiarlo todo al músculo de Wakaso y la solidez defensiva de una zaga que será de las menos goleadas de Segunda con Willy, Samuel, Pelegrín y Albacar en estado de gracia. Pero el Cartagena lo intentó. No triangulando como de costumbre, pero sí con centros a Toché. Botelho, que dejó grandes detalles de calidad, no subió la banda como acostumbraba aunque cuando lo hizo se ganó la ovación. Más adelantado, Longás volvió a demostrar que tiene clase para dar y regalar en una categoría pobre que no merece jugadores como él. El Elche, para que se hagan una idea, tuvo en un mal despeje de Rebollo que rebotó en la chepa de un rival a su mejor jugada de ataque.

Con el paso de los primeros minutos de la segunda parte la gasolina de los Víctor, Toni Moral (hombres llamados a revolucionar el partido entre líneas) se iba agotando. Bordalás no quiso jugársela en un de tú a tú porque llevaba las de perder, y más fuera de casa. El punto le valía (de ahí el titular inicial... y final de la crónica) y para atascar aún más la creación albinegra metió en el campo al batallador Acciari. Entre medias, jugadas duras, varias tanganas y hombres como Vasco Fernandes y Botelho, metidos en todos los charcos, que pudieron ver la segunda amarilla en cualquier momento.

La única chispa parecía ponerla Keko, que imprimió velocidad desde su banda. El chaval apunta muy alto, pero él solo no era suficiente. A todo esto, con el Cartagena buscando una acción con suerte, Wakaso (que no es el más virtuoso pero que de vez en cuando sorprende) ganó la línea de fondo en una contra y asistió a Linares para que este, libre de marca, batiese a Rebollo en el 90'. Demasiado castigo para uno, y demasiado premio para un Elche que parecía renunciar a todo. Al final, los de Bordalás firman tres triunfos seguidos en menos de diez días. Un inicio que da para soñar a lo grande.