Amistoso | Nàstic 1 - Espanyol 1

Osvaldo salva la moral

El delantero empata en el 92' ante un buen Nàstic.

URUGUAYO. Iván Alonso jugó la primera mitad y le dio el relevo a Osvaldo, a la postre uno de los protagonistas de este encuentro.reportaje gráfico: xavi jurio

Apunto estuvo de perder el Espanyol en Tarragona y de comenzar con regusto de derrota una semana decisiva en los fichajes, las salidas y en la puesta a punto del equipo de Pochettino para el debut en la Liga. La derrota no desprende un olor propicio para el trabajo. Por eso mismo, Osvaldo salvó esa moral con un penalti a su estilo, desenfadado y chulesco, con calidad. Aguantó hasta el final, caminó y cruzó cuando Rubén Pérez ya estaba vencido a su derecha. Ese tanto, logrado en el 92' y tras un claro derribo de Mairata a Rui Fonte, igualó el último choque de pretemporada para pericos y grana, una prueba que dejó mayores esperanzas en los locales, quienes fueron de menos a más y, por momentos, demostraron una regeneración con respecto al curso pasado.

El Espanyol arrancó fuerte, con un notable juego de bandas. Javi López fue su diamante. El extremo -quien estrenaba su nueva etapa ya como profesional- trajo el mayor peligro por la derecha. Su habilidad, técnica y capacidad para centrar le convierten en un jugador a tener en cuenta. Un Marqués menos pomposo, pero quizás igual o más efectivo si goza de minutos. El Nàstic, con su artillería en el banquillo, salió acomplejado y sólo Walter, en el minuto 42, pudo crear una clara ocasión de peligro que se topó con los reflejos de Cristian. Cinco minutos antes, el Espanyol había avisado con un lanzamiento al palo de un participativo, pero desafortunado, Callejón.

Cogió otro aire el segundo acto. El Espanyol salió como un tiro y comprobó que Rubén es un portero de categoría. Salvó primero un traicionero cabezazo de su compañero Seoane, luego un remate de Callejón y, por último, otro disparo más débil de Corominas. El grana achicaba agua, se ahogaba entre camisetas blanquiazules, hasta que Luis César encontró la salida en el minuto 59'. La salida de Medina en mediocampo, la de Morán como enganche y, sobre todo, la de Rubén Navarro en ataque, le dieron el dominio del balón y pegada, una de las asignaturas pendientes de ambos conjuntos. El Espanyol comenzó a desinflarse y a cometer excesivas faltas en mediocampo. No quería perder, aunque se llevó en dos ocasiones las manos a la cabeza. La primera, cuando Kameni se lesionó y dejó un balón muerto. La segunda, cuando Morán estrelló un balón al poste. Se resistió el gol en un partido que merecía otro marcador más resultón, hasta que Rubén Navarro marcó un tanto a lo Campano. El delantero está enchufado y su golpeo se coló por la misma escuadra. Quizás, ese resultado hubiese hecho justicia dada la teórica superioridad que se le otorga al Espanyol. Pero el gol de Osvaldo les dio un nuevo trofeo. El Nàstic se lo regaló, pero se fue más feliz.

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