NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Amistoso | Alavés 2 - Athletic 2

La siesta tuvo castigo

El Athletic, que ganaba 0-2, permitió que el Alavés le empatase

Jose L. Artetxe
<b>PELEA EN LAS ÁREAS. </b>Aitor Ocio pelea con Morcillo e Igor Cuesta al subir a un remate rojiblanco, con De Cerio y De Marcos atentos.
PELEA EN LAS ÁREAS. Aitor Ocio pelea con Morcillo e Igor Cuesta al subir a un remate rojiblanco, con De Cerio y De Marcos atentos.

El Athletic estableció de entrada la distancia que debe marcar en una cita de este tipo. Íñigo Díaz de Cerio e Igor Martínez, quien a última hora suplió a De Marcos en el once inicial, explotaron a fondo su compenetración para subir pronto un par de goles al marcador. Con semejante colchón, los hombres de Caparrós se dedicaron a controlar el juego en la confianza de que su mayor empaque les procuraría más ocasiones, mientras el voluntarismo del Alavés resultaba estéril. La historia cambió radicalmente en la segunda mitad, el Athletic se durmió y lo pagó caro: además de encajar dos goles, anduvo al aire, dejando una mala imagen, lo contrario que un Alavés que acabó buscando la victoria con fe y argumentos.

El ensayo tuvo pues dos caras tan opuestas que desde la perspectiva del Athletic sólo cabe un análisis en clave negativa. Lo tuvo en el bolsillo y dejó que el Deportivo Alavés le robase la iniciativa y pusiese en evidencia su estructura y disposición. En definitiva, dejó que un equipo de inferior categoría le retratase. Así, el empate final tiene un regusto a derrota.

Las ganas del anfitrión por agradar a su gente dieron para un par de centros al área en el arranque del encuentro. La tónica del amistoso se transformó enseguida, a raíz de un saque largo de Raúl. Igor prolongó de cabeza y Díaz de Cerio, tras ganar la espalda a los centrales, se plantó en el área y cruzó a la red con suficiencia utilizando su bota izquierda.

Casi a renglón seguido, el ariete donostiarra observó el desmarque de Igor y le puso la pelota en ventaja para que el goleador del verano superase la salida a la desesperada del meta alavesista Reguero.

En adelante, trató el Alavés de replicar, aunque la correcta distribución de Ibon resultó insuficiente para darle salida a su equipo. El Athletic se limitó a esperar, robar e intentar contragolpear con velocidad. A Díaz de Cerio le anularon otro gol por un discutible fuera de juego y Balenziaga obligó a Reguero con una volea sin demasiado ángulo.

Transformación. El primer período se cerró con la única aproximación importante del Alavés: Raúl tuvo que salir del marco para despejar y luego responder seguido al remate raso que desde la frontal empalmó Ibon.

Álvarez refrescó a fondo su equipo en el descanso y surtió efecto. El Alavés ganó en intensidad y decisión ante un rival que debió creer que el trabajo había acabado y estaba pensando en la ducha. El resultado de actitudes tan dispares fue un buen gol de Salcedo, quien burló a Ustaritz y luego alojó el balón con delicadeza en la red.

El gol local en vez de propiciar una reacción mantuvo al Athletic abotargado, lo que el Alavés aprovechó para ir coleccionando algunas llegadas. En un saque de falta lateral, Morcillo se anticipó a Raúl y a la zaga para de cabeza poner la igualada. Antes hubo ya algunas enganchadas poco edificantes sin el balón en juego, producto de que el Alavés iba hacia arriba y el Athletic no acertaba a sacudirse su presión con fútbol. La visita a Mendizorroza se zanjó pues con un pequeño fiasco que puso a Caparrós de los nervios.