Mundial 2010 | Grupo F | Eslovaquia 0 - Paraguay 2

Paraguay se acerca a los octavos de final

Vera y Riveros lanzan a Paraguay hacia los octavos de final. El conjunto de Martino suma una victoria incontestable sobre Eslovaquia, que le sitúa líder del grupo F con 4 puntos.

Tomás de Cos
REUTERS

Un notable gol de Vera a pase de un determinante Lucas Barrios encarriló el partido para la selección paraguaya dirigida por Martino. Un equipo serio, con oficio y profesionalidad, consciente de sus puntos fuertes y con las ideas muy claras, que dominó a la novata Eslovaquia en todas las parcelas del campo.

El mejor marco posible para el indultado Justo Villar, responsable del empate italiano en el primer partido y materializado por De Rossi. El meta del Real Valladolid, todo vestido de amarillo, apenas hizo más que sacar de de puerta y resolvió con buenos reflejos el único disparo con intención que recibió.

Paraguay tuvo el balón, la vocación atacante y las ocasiones. El tridente ofensivo formado por Lucas Barrios, Valdez y Roque Santa Cruz se convirtió en una pesadilla para la zaga eslovena. Roque Santa Cruz fue el primero en avisar al meta Mucha, el mejor jugador eslovaco de la intensa primera mitad. El delantero del Manchester City sacó petróleo de un balón suelto al borde del área con un fuerte disparo que se envenenó tras tocar en Skrtel y que exigió al meta eslovaco a sacar el balón de la escuadra. Después llegarían dos ocasiones más de Barrios y un disparo lejano de Valdez antes del gol de Vera.

El delantero argentino, nacionalizado paraguayo, robó un balón en ataque, se apoyó en su compañero del Borussia, Valdez, y disparó duro pero demasiado centrado tras la devolución de éste. Mucha, bien colocado, blocó sin problemas el tiro. Aunque más fácil lo tuvo cuatro minutos después, ya que Barrios no encontró la portería -el tiro se marchó alto- tras dejar un proverbial taconazo dentro del área rival.

El ataque paraguayo, directo y vertical en el último tercio de la cancha, encontró su recompensa con el golazo de Vera. El interior diestro que milita en el Liga de Quito acertó a meter el exterior del pie y hacer justicia al gran último pase de Lucas Barrios entre los centrales europeos. Ni siquiera el empuje de su marcador, que acabó por hacerle perder la verticalidad, evitó que colocara el 'jabulani' dentro de la portería rival. Un gol que premió su incorporación al remate desde la segunda línea.

Paraguay dispuso de ocasiones para sentenciar el duelo en la recta final del primer acto, en el que Eslovaquia adelantó tímidamente sus líneas. El propio Vera provocó un error defensivo que Santa Cruz cerca estuvo de convertir en el 2-0. Una parada propia de portero de balonmano del guardameta del Legia mantuvo con vida el duelo.

Riveros puso la puntilla a Eslovaquia

La segunda mitad bajó muchos enteros respecto de la primera. Paraguay sesteó más con un ojo puesto en el reloj y Eslovaquia, con más músculo que cabeza, merodeó al área de Justo Villar. Pero nunca, hasta el último minuto, llegó a poner a prueba al meta del equipo pucelano.

El conjunto rojiblanco, en el que Aureliano Torres, el ex jugador del Real Murcia, sustituyó a un agotado Valdez y Cardozo a Barrios, especuló durante muchos minutos con el resultado en lugar de apostar por finiquitarlo por la vía rápida dada su evidente superioridad. Aunque mucho más conservadora aún fue la estrategia de Weiss, que no sustituyó a un defensa (Salata) por un delantero (Stoch) hasta el minuto 82 de partido a pesar de ir perdiendo.

Hasta el gol postrero de Riveros, sólo Vera y Torres buscaron el segundo tanto sudamericano. El primero con un buen remate de cabeza a pase de Santa Cruz desde la izquierda y que se fue rozando el poste. Fue la última buena aportación del mejor jugador del encuentro antes de que Martino le diera descanso en los minutos finales. El segundo, con un disparo lejano que se marchó alto.

El tanto definitivo llegó a balón parado, después de que Riveros, otro centrocampista, enganchara un zurdazo imparable dentro del área eslovaca. Un gol aislado en una segunda mitad sin el ritmo de la primera, pero que premiaba al equipo que quiso más y que mandó en el encuentro de principio a fin. La guinda la puso la buena parada del cuestionado Justo Villar en el minuto noventa, su primera intervención en el partido, al buen disparo de Vittek. Una parada con la que ir recomponiendo su maltrecha autoestima.

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