Polémico gol de Piqué y roja rigurosa a Motta

La labor del árbitro belga Frank de Bleeckere en el Camp Nou estuvo condicionada desde bien pronto por la expulsión de Motta (vio la segunda amarilla en el minuto 28 por un manotazo a Busquets), tan rigurosa como esperada (el brasileño es un blanco fácil en estos encuentros). A partir de ese momento, el árbitro belga intentó compensar la inferioridad del Inter con decisiones diplomáticas, que perjudicaron más que beneficiaron al Barcelona, que pidió varios penaltis (a Ibrahimovic, a Pedro, a Alves...) por jugadas confusas.

Ya en el tramo final del partido, De Bleeckere se quedó con ganas de anular el gol del Barcelona (tardó en validarlo), pero tuvo que hacer caso a su asistente (la posición de Piqué parece ilegal). Y luego sí que anuló un gol a Bojan por mano previa de Touré, decisiva pero involuntaria.