Liga BBVA | Trigesimocuarta jornada

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Volvió Kaká, seguía Raúl, y el Madrid no da tregua a ese Barcelona que parece pegar boqueadas en la Liga y en la Champions. A los culés les costó un mundo superar al colista. El Valencia avanzó un paso vital hacia el tercer puesto y el Valladolid se vuelve a ilusionar con la salvación tras dar la campanada en El Molinón.

jesús aguilera

Cuatro goles para el ego de Manucho

Marcó Manucho en Gijón, un tanto de esos que significan mucho porque ponen a los blanquivioletas a los pies de la permanencia. Ya le queda al angoleño un gol menos para los 40 que prometió a principios de temporada. El Manchester United sorprendió en 2007 fichándole del Madrid de su país, el Petro Atlético, pero Ferguson se dio pronto cuenta de que Old Trafford le quedaba demasiado grande y se ha hartado de cederle (Panionios griego, Hull City, Valladolid...) y de comprobar cómo en ningún sitio superaba los cinco goles. Ni siquiera así se le han bajado los humos a este delantero (26 años), tan potente de piernas como tosco en calidad.

Luis García marcó un gol triple al Almería

Tres meses ha tardado Luis García, aquel gran goleador, en anotar su tercer tanto (y qué pocos parecen, para él) de esta temporada. Y eso, en nada menos que 33 partidos. Se le ha ido secando la pólvora al delantero asturiano, pues el año pasado apenas hizo cinco goles en 35 jornadas. Buen lanzador de friquis, Luis García aprovechó esa suerte para batir al Almería con su diestra y darle los tres puntos al Espanyol. Un gol que vale triple: porque dio un perfil bonito, porque asegura la salvación perica y porque tuvo como víctima al portero revelación de esta Liga, el parapenaltis brasileño Diego Alves.

Adrián prefiere irse al centro

Un gol, una asistencia y dos remates al palo para Adrián, discutido hijo de Míchel y tal vez por eso tan alejado del padre en lo futbolístico, aunque en la planta sean como dos gotas de agua. No sólo le ha salido zurdo a aquel rey del centro con la diestra, también prefiere exiliarse de la banda, en la que tantas críticas recibió cuando desembarcó por Getafe. A Míchel, que le cambió poco antes del final y ayudó a que el Coliséum le redimiera, seguro que no le importan demasiado las diferencias. Por el centro, jugando por detrás de Miku, lo bordó Adrián. Tiene gol, como demostró con su definición en el 1-0 getafense y con dos acrobáticos y variados remates (de cabeza y con la izquierda) que acabaron estrellándose contra las maderas de Palop; posee desmarque, Escudé sudó y soñará esta noche con su pelo moreno. Y dispone de una excelente visión de juego, con ese pase al interior, bajo las piernas de Cala, que le dio a Manu del Moral en el empate a tres, antes de que Parejo culminara la remontada.

Salvio, tras Agüero

Doblete y aparición mediática de Salvio, dos tantos que ponen de manifiesto algunas de las virtudes por las que el Atlético pagó a Lanús esos ocho millones que casi tuvo que buscar bajo las piedras en enero. En el primer gol, desborde por el extremo, centro medido y mucha atención al rechace; en el segundo, inclusión en el área, desmarque y remate colocado a la escuadra. A los 19 años, este fantasista argentino comienza a hacerse al ritmo de un fútbol más frenético que el suyo y su figura, su sonrisa y su tez morena hacen frotarse las manos a los atléticos después del gran partido que se marcó también el Kun. Otro argentino menudo como él, otro llegado desde más allá del charco con pinta de crack por calar que a los pocos años ha resultado una estrella indiscutible. La estrella que debe seguir Salvio.

Chygrynskiy: ¿tan malo o tan bueno?

El tiempo y la moral se le acaban a Chygrynskiy, al que Guardiola tuvo que sustituir después de aguantarle otro par de pifias. 12 partidos ha jugado el central ucraniano. No puede ser tan malo, pero seguro que no era tan bueno: esos 25 millones que costó se le han venido encima tanto a él como al crédito ojeador de Guardiola. "Si el Madrid pagó 30 por Pepe...", pensaría el entrenador de Santpedor antes de emprender la aventura de tirar la casa por un central. Y encima, con el gran Piqué ya en casa.

El personaje: Raúl

"Ese gol de Kaká valdrá una Liga", me dijo un colega tras la remontada del Madrid. "Y el de Raúl también", respondí. Raúl, siempre él, en el estadio donde debutó hace casi 15 años. Raúl, animando como un loco desde el banquillo. Raúl, lesionado pero incansable. Raúl, superando los 227 goles ligueros de Di Stéfano. Raúl, marcando tantos que acaban por valer Ligas.

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