El Rayo acaba con nueve y el Nàstic gana en Vallecas

Ayer no era el día del Rayo, que acabó con nueve jugadores, sin técnico en el banquillo y perdiendo aunque terminase el partido encerrando al Nàstic en su área. Ni lo fue en el juego ni lo fue en los capítulos externos (léase lesiones, decisiones arbitrales, fortuna...). El primer síntoma tuvo a Piti como protagonista, pues el jugador del equipo vallecano fue sustituido a los ocho minutos por un problema muscular que se produjo tras una entrada a De Barros. Y eso que parecía que ese cambio obligado había sido positivo para el cuadro franjirrojo, ya que Susaeta, su sustituto, le puso en ventaja al marcar en el lanzamiento de una falta al borde del área.

El Rayo tenía el partido donde le gusta, con ventaja en el marcador, que es como ha calmado sus ansiedades en los últimos partidos y de la forma que ha desplegado su mejor juego. Pero su gozo duró tan sólo tres minutos, justo hasta que Morán logró el gol del empate.

La jugada clave del partido se produjo en el minuto 43, cuando una entrada de Pelegrín a Morán al borde del área fue castigada por Bernabé García no sólo con la falta sino con la expulsión del central del Rayo. De esa acción, además, nació el segundo tanto del Nàstic. La fortuna se alió con el conjunto tarraconense cuando Campano ejecutó el lanzamiento, el balón dio en Jofre y se coló en la meta de Dani.

Más cómodo se le puso el partido al equipo catalán en el minuto 56, cuando el Rayo perdió otro jugador por expulsión, pues Ángel también tuvo que irse antes de tiempo al mostrarle Bernabé García la segunda tarjeta amarilla.

La puntilla parecía que la daba José Mari con el tercer gol a falta de media hora del final. Pero el Rayo apeló entonces a la heroica y con una inferioridad numérica notable acorraló al Nàstic. Tanto que Movilla redujo la diferencia y, por un momento, Vallecas soñó con la posibilidad de un empate.