Varallo, 100 años y 180 goles

Es el máximo goleador de Boca del 39 al 2008 y el único superviviente del Mundial de 1930. Hoy cumple 100 años y no lo puede creer: "Me parece mentira haber llegado a tantos goles y a tantos años".

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Todos los niños en Los Hornos, Argentina, desarrollan desde pequeños una clara atracción por el fútbol pero pocos llegan a los 100 años y a ser uno de los mejores goleadores en la historia de Argentina.

Francisco Varallo lo hizo. Se convirtió en el segundo máximo goleador de la historia del Boca Juniors, sólo detrás de Martín Palermo, y ganó la llamada Copa América en1937.

Hoy 'Cañoncito', un apodo que adquirió por su baja estatura y su potente remate, cumple 100 años de edad y 70 desde que se retiró debido a una lesión que no le permitió jugar más al fútbol.

No fue un niño común de la provincia de Buenos Aires, pues aunque como muchos arrancó en el equipo 12 de Octubre, donde jugaba su padre y sus cuatro tíos, él se convirtió en el delantero del Boca Juniors, después de que los Directivos del Club de la ribera lo vieran destacarse en el Campeonato Mundial de Fútbol del año 1930, en Uruguay.

"A pesar de lo que significa hoy jugar un Mundial, yo tengo malos recuerdos", dice Varallo, que en el segundo partido, ante México, convirtió uno de los seis goles del equipo, se lesionó y se perdió la semifinal.

"Agarraba la pelota, gambeteaba uno o dos y tiraba de cualquier lado. Podia chutar con las dos piernas", recuerda el ex futbolista, que en aquellos momentos escuchaba a Carlos Gardel cantar a la concentración del equipo para apoyarlos.

Sólo jugó cuatro partidos en el Mundial pero le fueron suficientes para ser reconocido internacionalmente. Tan sólo en su primer campeonato convirtió 27 goles en 24 partidos. "Si entraba a la cancha y no hacía un gol, no era Varallo".

Y así recuerda cada uno de sus momentos en la cancha a lado de los grandes. "Maradona fue Dios. Como Cherro en mi tiempo: yo tuve la suerte de jugar a su lado". La FIFA le entregó en 1994 la Orden del Mérito que también le dieron a Bobby Robson, Gerd Müller, Beckenbauer, Pelé, Paolo Maldini.

Ochenta años después de aquella época en la que llegó a meter 34 goles en 34 partidos, Varallo reconoce que "lo mejor que me pasó es jugar en Boca y ser campeón".

Por eso sú único deseo a estas alturas era tener un bisnieto varón y sacarle fotos con la camiseta del Boca, un sueño que cumplió hace un año cuando su nieta mayor tuvo un hijo llamado Gabriel.

Fue una carrera corta pero exitosa. Varallo ya tenía problemas en la rodilla derecha pero aún así no dejaba de entrenar, se trataba con un médico japonés porque se negaba a operarse por miedo a no poder jugar más al fútbol.

"Ya andaba mal y sufría mucho de la rodilla, volvía a mi casa y hasta mi mamá me decía: 'No jugués más, Pancho'". Pero siguió hasta 1939 cuando marcó su último gol oficial, el número 180 en torneos locales.

Hoy todavía no se lo puede creer:"Me parece mentira haber llegado a tantos goles y a tantos años".

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