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Miles de paraguayos homenajean a Cabañas, que evoluciona dentro de la gravedad
El jugador de 29 años, un ídolo de la afición nacional por su gran actuación en la fase de clasificación para el Mundial 2010, recibió un disparo en la cabeza en el baño de un bar en la capital mexicana en la madrugada del lunes y está hospitalizado en terapia intensiva.
Con banderas nacionales y camisetas de la selección de fútbol, miles de paraguayos se congregaron anoche en el principal estadio del país para un homenaje multitudinario al delantero Salvador Cabañas, quien se encontraba grave tras ser tiroteado en México.
La convocatoria surgió como iniciativa de un grupo de jóvenes y obtuvo rápidamente el apoyo de la Asociación Paraguaya de Fútbol, que instó a la afición a acudir con distintivos albirrojos al estadio Defensores de Chaco, testigo de los goles del atacante con la selección.
El público entonó canciones de aliento y con las manos enlazadas al cielo rezó por la salud del delantero del América de México, que evolucionaba en forma favorable aunque seguía en estado delicado, según los últimos informes médicos.
"Este es el partido más importante de su vida y nosotros tenemos que ayudarlo a patear este penalti", dijo a una emisora de Asunción, con la voz quebrada, José Escobar, mientras el resto del público gritaba "Salvador, Salvador".
Las próximas horas serán cruciales
Personajes del ámbito deportivo y de la farándula paraguaya formaron parte también del homenaje en el escenario deportivo con capacidad para 35.000 espectadores al que acudieron unos 10.000, en el que además se organizó una procesión con la virgen de Caacupé, patrona de Paraguay.
Los médicos, que no retiraron la bala alojada en el cráneo del delantero, dijeron que las próximas horas serían cruciales para la salud del jugador.
Poco antes de la convocatoria, el cuerpo técnico de la selección participó en una misa por la salud del jugador en Asunción. "Es difícil, vamos a rezar", fueron las palabras del entrenador de la selección Gerardo Martino, al retirarse del lugar con el rostro abatido.