Liga Adelante | Murcia 0 - Elche 2

El Murcia se desangra

El Elche sale reforzado de NC; los grana, un desastre

FRANJIVERDES PRIMERO. El Elche aprovechó los fallos del Murcia... se adelantó y de ahí al final mató el partido ante un Murcia penoso.reportaje gráfico: pepe valero

Mientras el Elche y su gente salían felices conscientes de que el triunfo en Murcia les saca de líos y les da crédito para encarar con más o menos tranquilidad el final de la primera vuelta, los locales de Jose salían como se sale camino de un funeral: hundidos, desgarrados, casi zombies. No es para menos. Otra oportunidad perdida, otro partido tirado a la basura, emitiendo además esos síntomas inconfundibles de esos equipos que terminan descendiendo y que lejos de ir al alza, se deprecian partido a partido. De los que, como este Murcia, en lugar de evolucionar van para atrás de forma cangrejil... y el corte de la salvación un poco más lejos. Eso es el Murcia de hoy en día. Un equipo condenado por su incapacidad, por su falta de fútbol y al que todo se le hace un mundo. Por menor que sea la empresa. Como meter un gol de penalti. Con el Elche jugando con las velas desplegadas y el viento a favor, ya con ventaja tras un clamoroso fallo defensivo en cadena (otro clásico que no falla en cada partido de los grana), el árbitro hizo de Rey Mago en tiempo de prórroga, marcó los once metros por agarrón a Kike (de esos que si no se pitan no pasa nada; de esos que hay mil en cada partido), pero Bruno volvió a fallar (es de Guiness: 5 penaltis a favor y ni uno convertido). Esa jugada ilustra lo que es el equipo de Jose. Un grupo sin fútbol... y también sin estrella. Peligroso cócktel para manejarse en las mil y una curvas que le deparan a los grana. Así se llegó al descanso. Así y con el público 'encabritado' contra el palco (arreciaron los gritos de ¡Fuera Samper!) y contra unos futbolistas que antes del descanso sólo fueron capaces de generar dos llegadas, una de las cuales acabó en gol anulado por ajustado fuera de juego de Chando. Al Elche, Wakaso le sujetaba y le ocultaba sus flaquezas defensivas y Trejo y Juli, los dos de forma intermitente, le daban ciertas hechuras. Las suficientes, en cualquier caso, para batir a un Murcia que volvió a evidenciar un grave problema a la hora de crear fútbol.

El descanso dejó la otra foto de la tarde: Jose, con los suyos en el verde, y después de los preceptivos 15 minutos de charla, salió a escenificar una conjura que duró apenas diez minutos y que no se concretó en gol alguno. Una tímida reacción, coronada con un remate de cabeza centrado de Sergio Fernández y una media vuelta imprecisa de Kike. Poca cosa y aún menos tiempo. Quién más quién menos asumía que si no llegaba el torniquete por la vía rápida, con el pasar de los minutos, los visitantes iban a gozar. Y así fue. Jose se la jugó dando entrada a esos canteranos que todo el mundo reclama y que son los únicos inocentes de esta película de miedo murcianista; metió a Rosas pero dio igual. Como casi siempre. De nuevo una piedra en el camino era demasiado.

Kaos final.

Con el Murcia entregado, Alberto regaló el segundo que no llegó por la falta de puntería de Wakaso (lo chungo era no meterla a puerta vacía) pero que se consumó como una dolorosa puntilla con el tanto de Molina. Y así unos fueron de fiesta y los otros de velatorio. Es lo que tiene tanta derrota.

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