Liga BBVA | Sevilla 1 - Getafe 2
Soldado saca los colores al Sevilla en media hora
El Getafe mira arriba y el Pizjuán cae ocho meses después.
Soldado fue nombrado anoche coronel en Sevilla. Empeñado Míchel en convertirlo en un futbolista total, más refinado, algo más que un goleador al uso, Soldado se ha puesto a la faena. Del Pizjuán salió por la puerta grande, con dos goles antes de la media hora que lanzan al Getafe y que dejan en evidencia ciertas lagunas en el Sevilla, que no perdía en casa desde abril y que ha convertido Nervión en un chollo. Pescaron Valladolid y Málaga y el Getafe dio el estoque final. El Sevilla concede goles gratis en todos los primeros minutos y luego juega contra la corriente y el tiempo. Y ya no le llega para ganar.
El Getafe dejó media hora estupenda, muy de su estilo porque tiene jugadores precisos para ello. Pedro León, Albín y Gavilán se asociaron bien y Soldado tuvo un día afortunado. También hizo bien el resto del trabajo, sostener al Sevilla cuando llegó en oleadas. Un Sevilla previsible, que salvo la primera media hora renunció a la construcción en el centro del campo y abusó de las conducciones eternas de Navas, genial, y Perotti, algo más difuso. Romaric no tiene fondo y Zokora sin Renato corre demasiado y ve aún menos el balón.
Vicios.
También un Sevilla desconocido en defensa, con jugadores lejos de su nivel (Escudé, Sergio Sánchez), zarandeados por las lesiones y la inseguridad. A veces resulta hasta fácil hacerle daño al Sevilla, que ha adquirido ciertos vicios de mal equipo grande. Se acomoda, presiona menos y se vulgariza. Ayer mostró sus vergüenzas y aunque luchó y estuvo cerca del empate gracias al gol de Negredo y algunos acercamientos que resolvió, excelente, Codina, no fue el de las grandes tardes. Enero será un buen mes para medir la personalidad de un equipo que sufrirá pérdidas importantes y está encontrando demasiados reveses en el camino. Es tiempo de reflexión. Y de fiesta en Getafe, donde Míchel podrá pasar unas Navidades tranquilas en casa con su hijo Adrián, al que se llevó a Sevilla pero no hizo jugar. Es difícil salir más reforzado de un partido. Con el principio de autoridad en pie y con un triunfo con ese sello que Míchel siempre ha reivindicado y que no siempre le funciona.