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Liga Adelante | Córdoba

El Racing se fija en Alcaraz como sustituto de Mandiá

El buen recuerdo que dejó en Santander resulta decisivo.

A. D. Jiménez

Hablar de traspasos de jugadores a mitad de temporada es fácil. Hacerlo de entrenadores es más complicado, pero no imposible. La derrota del Racing de Santander ante el Athletic de Bilbao podría propiciar que Francisco Pernía, presidente del club cántabro, prescinda de un ex blanquiverde como Mandiá y tenga que buscarle sustituto. Y, entre la lista de futuribles, aparece el nombre de Lucas Alcaraz. El caso es que la plaza santanderina no es nueva para el entrenador del Córdoba, quien contribuyó a dos trabajadas permanencias en la máxima categoría durante los ejercicios 03-04 y 04-05. El granadino dejó un recuerdo excelente y por eso ha entrado en la lista de futuribles.

Por legislación, Alcaraz podría dar el salto a Primera con la temporada en curso, ya que en los estatutos de los entrenadores se recoge la posibilidad de promocionar de categoría. Aun así, para que eso sucediera también se debería proceder a un acuerdo entre clubes por el traspaso. Esta situación, por ejemplo, la vivió el pasado ejercicio el Castellón con la marcha de Abel Resino. Como ejemplo en clave cordobesista, en la temporada 2005-06, el club cordobesista se vio obligado a pagarle una cantidad cercana al Don Benito para hacerse con los derechos de Pepe Escalante, quien entrenaba entonces al equipo extremeño de Tercera División.

Además, juega en contra del Racing de Santander la coyuntura de que Lucas Alcaraz estableció un compromiso con el Córdoba por dos temporadas el pasado mes de junio después de dirigir en temporadas anteriores a equipos de la máxima categoría como el Murcia o el Recreativo de Huelva. Incluso, a este interés cántabro ha contribuido el excelente arranque de temporada del conjunto blanquiverde, que se ha situado en la zona tranquila de la clasificación. Es decir, que el método Alcaraz funciona. Además, el entrenador ya rechazó este verano mejores ofertas en lo económico porque se comprometió con un proyecto en el que se sentía respaldado, es feliz y quiere seguir.