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ITALIA

Mourinho, sancionado con un partido de suspensión por "fuertes insultos al árbitro"

Fue expulsado en el partido de su equipo ante el Cagliari.

El técnico del Inter de Milán, el portugués Jose Mourinho, ha sido sancionado hoy con un partido de suspensión y a pagar una multa de 15.000 euros por el juez deportivo de la Liga de Fútbol italiana, tras haber sido expulsado del campo durante el último encuentro liguero contra el Cagliari.

El entrenador del Inter, el portugués José Murinho, el "técnico rebelde", añadió hoy una nueva sanción a su historial de polémicos comportamientos dentro y fuera del campo, donde sus excesos verbales le han costado más de un disgusto.

Mourinho ha sido sancionado con un partido de suspensión y a pagar una multa de 15.000 euros por el juez deportivo de la Liga de Fútbol italiana, tras haber sido expulsado del campo durante el último encuentro liguero contra el Cagliari.

El juez ha dictaminado que Mourinho debe pagar una multa por "haber criticado en el minuto 13 del segundo tiempo una decisión arbitral y haber proferido fuertes insultos" al colegiado durante el encuentro de ayer, domingo, disputado en la ciudad sarda.

El técnico portugués ya había sido expulsado en otras dos ocasiones desde su llegada al ''calcio'' italiano, en los choques contra el Sampdoria, el pasado enero, y contra el Fiorentina, en marzo.

Cruce de declaraciones

En Italia, donde entrena al Inter desde 2008, Mourinho ha protagonizado más de una agria polémica con sus colegas o ha lanzado fuertes críticas a los árbitros.

Tampoco se queda callado cuando entiende que le provocan, como confirmó este verano en un enfrentamiento con el seleccionador italiano, Marcello Lippi, que había pronosticado que el Juventus ganaría el actual campeonato.

"Es una falta de respeto", dijo Mourinho, cuyo equipo conquistó la Liga en la anterior campaña. Lippi lamentó la interpretación que Mourinho había dado a sus palabras, ya que en realidad lo que quiso es sólo "dar un pronóstico, una de las hipótesis que se hacen antes de que comience el campeonato".

En febrero, Mourinho había atacado al entonces entrenador del Milán, Carlo Ancelotti, después de denunciar que un gol marcado por el holandés Clarence Seedorf al Cagliari debió de ser anulado.

Mourinho, con su contrato renovado en mayo hasta 2012, respondía así a una petición que una semana antes había hecho Ancelotti para que se anulara un gol que el brasileño Adriano, del Inter, había marcado involuntariamente con la mano.

"Si el entrenador del Cagliari tuviera la boca grande como la mía, hubiera denunciado que el gol del Milán fue irregular", dijo. Un mes después, 'Mou' atacó a los entrenadores del Roma, Luciano Spalleti, y del Juventus, Claudio Ranieri, y sostuvo que el equipo turinés se había beneficiado de varios "errores" arbitrales.

Ambos entrenadores habían denunciado un penalti pitado a favor del Inter en el duelo con el Roma, que terminó con empate a tres.

La Fiscalía de la Federación le abrió expediente disciplinario. Mourinho no sólo restó importancia al expediente, sino que aclaró que se sentía "orgulloso" de sí mismo.

Su trayectoria en Inglaterra

En su paso por el fútbol inglés, Mourinho dio sobradas muestras de que no se muerde la lengua. Lo ratificó cuando el Chelsea fichó en julio de 2007 al israelí Avram Grant como director deportivo del equipo que entrenaba el portugués.

Mourinho le dio la bienvenida pero le advirtió de que no interfiriera en su trabajo. A la postre, el técnico luso juzgó que Grant sí interfería y se marchó en septiembre, con el Chelsea en crisis de resultados. Grant fue su sucesor.

Antes, en marzo de 2005, 'Mou' fue sancionado con una multa de 7.500 euros por acusar al entrenador del Manchester United, Alex Ferguson, de presionar al árbitro de la semifinal de la Copa de la Liga que enfrentó a ambos equipos.

A finales de ese mes, 'Mou' fue sancionado por la UEFA por dos partidos y una multa de 13.000 euros por los incidentes acaecidos en el partido en el Camp Nou de Liga de Campeones que el Barcelona ganó al Chelsea el 23 de febrero por 2-1.

Una vez acabado el parido, el conjunto inglés acusó al colegiado sueco Anders Fisk y al entrenador del Barcelona, el holandés Frank Rijkaard, de haber mantenido una conversación en los vestuarios durante el descanso.

Los ingleses insinuaron que aquella supuesta conversación tuvo una incidencia directa en decisiones posteriores de Frisk, como la expulsión de Didier Drogba, y por ello Mourinho incumplió la obligación de acudir a la rueda de prensa tras el partido amparándose en la existencia de "una serie de irregularidades".

El Chelsea ganó el 8 de marzo al Barcelona en el partido de vuelta por 4-2 y pasó la eliminatoria de octavos. Dos días después, Frisk anunció que dejaba el arbitraje tras haber recibido amenazas de muerte por teléfono, supuestamente de seguidores del Chelsea, club que también recibió una multa por aquellos incidentes.

Nadie duda de su valía como técnico, sus títulos lo avalan (campeón de Europa con el Oporto, doble campeón de Liga y campeón de la Copa Inglesa con el Chelsea, campeón de la Liga italiana con el Inter, entre otros), pero todos recelan de su verbo.

Pero, rebelde como pocos, Mourinho parece disfrutar con la polémica que le envuelve. Así lo admitió cuando arreciaba su duelo dialéctico con sus colegas en Italia: ""En estos días he advertido el ruido de los enemigos, pero para mí esto nunca ha sido un problema, más bien un desafío".