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Liga BBVA | Málaga 1 - Racing 2

Morris baja de la nube a Muñiz

El surafricano remató totalmente solo en la jugada del 1-2. Duda hizo el 1-1 de magistral falta. El Málaga tiró 16 veces a puerta. El Racing, muy serio

<b>MUCHA PELEA.</b> Morris pugna con Baha y Edinho en una de las últimas acciones del partido con Forestieri y Henrique como testigos de excepción.
MUCHA PELEA. Morris pugna con Baha y Edinho en una de las últimas acciones del partido con Forestieri y Henrique como testigos de excepción.

El Racing bajó de la nube al Málaga, jugando a la italiana, en el reencuentro de Juan Ramón Muñiz con su anterior club. De nada le sirvió al conjunto del técnico asturiano hacerlo más o menos bien y disparar a puerta 16 veces. El Racing, con apenas cuatro tiros, dio dos veces en el blanco. Este notable porcentaje de acierto se complementó con un feroz pressing que ahogó a un centro del campo malagueño que jamás se sintió seguro.

Arana, una pesadilla en su banda derecha, anotó el 0-1 tras aprovechar una fenomenal asistencia en diagonal de Álex Geijo. El ex jugador del Castellón le ganó, como una centella, la espalda a Juanito y cruzó la bola lejos del alcance de Munúa. ¡Que razón tenía Juan Ramón Muñiz cuando pidió, por activa y por pasiva, el fichaje de este futbolista, aderezo ideal para la apuesta por el músculo en el medio campo con la que Juan Carlos Mandiá amargó la vida al fino tunecino Benachour. Diop, un senegalés a quien quiso fichar el Sevilla cuando jugaba en el Nàstic de Tarragona, se lo merendó. A base de correr, anticipación y de estar en todas partes. Benachour tuvo que ser sustituido por Apoño. Y el Málaga lo notó para mejor.

El 0-1 era el primer disparo entre los tres palos de los montañeses. Su arsenal ofensivo se limitaba hasta entonces a un tirito de Geijo (minuto 3) y un cabezazo del eterno Munitis que salió lamiendo el palo. A la tercera fue la vencida.

Duda, ese genio. El portugués fue el mejor jugador sobre el terreno de juego. Es verdad que sufrió con Arana cuando le tocó ponerse a defender, pero cuando juega hace jugar a sus compañeros. Y dibujó el 1-1 en el marcador lanzando, a lo Cristiano Ronaldo, una falta que él mismo se fabricó. De alguna manera se hacía justicia porque el Málaga era el único equipo que ponía toda la carne en el asador en homenaje al fútbol ofensivo. Tenía las ocasiones, la posesión de balón, ganas de ganar... pero le faltó lo más importante: puntería. El 2-1 se mascaba, pero el Racing no perdió la compostura. Este equipo nunca la pierde. Ha aprendido a ser paciente. Tras una jugada en la que Munitis reclamó con vehemencia un penalti (que por supuesto no fue) llegó el minuto 80. Jugada a balón parado de Lacen. Morris, completamente solo, cabeceó e hizo el 1-2 llevando la alegría a Santander. Jarro de agua fría para los blanquiazules y premio gordo para los cántabros. Durante toda la semana, Mandiá trabajó las jugadas a balón parado. Era el punto fuerte del Málaga. Y el débil de su equipo. Y si bien es verdad que encajó su tercer gol en esta modalidad, también es cierto que la siempre bien ponderada estrategia le dio los tres puntos en un error garrafal de la defensa local. Dicen los entrenadores que todos los goles son errores. Y estamos seguros de que Muñiz reunirá a todos sus defensas para hacerles la siguiente pregunta: ¿Por que Morris cabeceó más solo que la una?

Era ¡el primer disparo que los santanderinos hacían en toda la segunda mitad! Pero también un premio a su trabajo bien hecho. Este equipo había encajado cuatro goles contra el Getafe (tres de Soldado) y vino a La Rosaleda con la lección bien aprendida. El Málaga no se rindió, pero el Racing administró el partido a su antojo con sabiduría y sin complicarse la vida. Se sentía ganador y el Málaga ya asumía su triste destino.

En la última jugada del partido hubo una acción más cercana al viejo juego del 'gol regañao'. Un balón dividido, jugadores lanzando patadas en busca de un balón que no aparecía, tira Obinna, lo intenta Baha, jugadores blanquiazules reclamando manos de nadie sabe quien... y pitido final. El Racing se lleva tres puntos muy ricos y el Málaga inicia su semana catalana. Espanyol y Barcelona, a la vuelta de la esquina. Y para finalizar una reflexión. ¿Qué hace un equipo de Primera jugando en un césped (vamos a llamarlo así) que es de Regional. No me extraña que los jugadores se quejen. El enemigo lo tienen en casa.