Liga BBVA | Racing

Una pretemporada llena de pruebas y optimismo

El Racing obtiene un balance positivo de los amistosos

E. F. Abascal
Serrano Arce

Tres derrotas, un empate y cinco victorias. Visto así, la pretemporada racinguista, sin ser para enmarcar, invita al optimismo. Más aún cuando dos de los resultados negativos coincidieron con los dos primeros partidos, cuando el Racing no había hecho más que ponerse a caminar y con la alargada sombra de Zigic todavía en la retina.

Después, llegó una goleada, por cero a cinco, ante el Camboor en la que Tchité, con dos goles, respondió a la confianza de Mandiá e hizo olvidar al serbio. Tras el 'stage' de Alemania, el Racing enseñó sus cartas en Oviedo. Allí, el equipo ganó y mostró pegada pero adoleció de todo lo demás. Así, los malos augurios del Carlos Tartiere se refrendaron en Irún, donde los cántabros cayeron ante un segunda, por dos a cero y dejando una imagen pobre.

Mejoría. El posterior empate ante el Nápoles alivió la herida y las tres victorias que le siguieron ante dos primeras (Valladolid y Sporting) y frente al Barakaldo, sin encajar ni un solo gol, devolvieron el optimismo. Lo mejor, sin duda, se vio en Barreda ante los asturianos, cuando Mandiá aparcó las pruebas habituales durante la pretemporada y apostó por un once con los teóricos titulares.

De esta forma, sin ser estas fechas idóneas para sacar conclusiones, lo cierto es que alguna hay. Toño sigue siendo el jefe de la portería y Torrejón, el que más minutos ha disputado, el de la defensa. Junto a él, Morris, aunque siembra dudas en Mandiá, hizo augurar un gran matrimonio entre los dos zagueros hasta que su lesión se lo permitió. Sepsi no ha cambiado y Crespo va de menos a más. Muestra ganas por aprender y Mandiá se le está enseñando. Arana, aunque irregular, apunta a revelación, como Luis García, que en 27 minutos ante el Sporting, demostró el porqué de su palmarés. Diop tampoco ha tenido tiempo pero en oviedo se vio a un centrocampista de nueva escuela, todoterreno y no exento de toque, que hará buena pareja con Lacen. Lo demás, sigue igual, como Munitis, que a sus 34 años, mantiene intacta la forma y la ilusión.

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