ARGENTINA | VIOLENCIA

Los infantiles de River y Boca acaban a palos

Los jugadores de las categorías inferiores de River Plate y Boca Juniors acabarón el partido a golpes después de que el colegiado señalara una pena máxima para River.

DIARIO OLÉ

Lamentablemente la violencia volvió a sacudir al fútbol. Pero esta vez la batalla campal, con patadas, puñetazos y sangre fue provocada por jugadores de apenas 14 años de edad. Ocurrió en el superclásico de infantiles jugado en la cancha de Ezeiza entre River Plate y Boca Juniors.

Se acercaba la victoria de los Xeneizes cuando, según informa el diario argentino Olé, el colegiado Fernando Broin no dudó en pitar una pena máxima para los Millonarios de River. Un balón llovido cayó sobre Acosta que recibió un codazo de Sánchez, con la consiguiente expulsión del zaguero. A partir de ahí, el primero en meterse en el campo para dar una imagen lamentable fue el entrenador de Boca. Roberto Pompei, lejos de educar a sus futbolistas, decidió irse a por Broin y echarle en cara la decisión tomada.

Después, llegaron empujones en el área y Cabrero pasó el límite con un puñetazo a Acosta, que le dejó tendido en el suelo. Los compañeros reaccionaron y tras propinarse diversos golpes, comenzaron las carreras para buscar a sus rivales. Fueron nueve minutos de nerviosismo hasta que algunos con sentido común se impusieron y Arario pudo ejecutar la pena máxima (2-2). Antes, la grada tampoco colaboró y se dedicó a insultar gravemente a los futbolistas de Boca.

"No es bueno que a esta edad pasen este tipo de cosas. Vamos a evaluar lo ocurrido al lado de la gente que estuvo en el lugar", comentó el presidente de Boca, Jorge Ameal. En su club ya se ha coordinado una reunión para el próximo martes. En River aseguran que también repasarán lo ocurrido.

El saldo final fueron varios heridos (Acosta por el lado de River y Verón, Frías y Cabrera por el de Boca), siete expulsados (Velazco, Molina, Carreras y Kaprof del local y Cabrera, Sánchez y Frías del visitante) y la suspensión del entrenador de Boca. Al final del partido, Pompei no quiso hablar. Sí lo hizo el entrenador de River que confesó haber visto "una piña de un jugador de Boca, pero la reacción de nuestros jugadores no se justifica", dijo Ricardo De Angeli.

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