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Liga BBVA | Mallorca

El segundo fiasco en la venta del Mallorca puede acabar en los tribunales

El empresario tinerfeño, Carlos García, ha anunciado esta medida en un comunicado después de que Alemany se negara a venderle el club

El segundo fiasco en la venta del Mallorca en menos de un año puede acabar en los tribunales, si, finalmente, el empresario tinerfeño Carlos González, cumple con su intención de "acometer las acciones legales que crea oportuno", según señala en un comunicado difundido pocas horas después de la negativa de Mateo Alemany de venderle el club por unos cinco millones de euros.

González había rechazado cualquier paralelismo con el británico Paul Davidson, que mareó la perdiz en la isla durante varios meses, pero que desapareció de la escena pública el mismo día en que debía depositar los 38 millones de euros acordados con el entonces propietario Vicente Grande, insistiendo en que su oferta era "real" y alejada de cualquier similitud con la del empresario inglés. Pero, en los círculos deportivos de Palma se tiene la impresión de que el ''vodevil'' de la compraventa del club balear se ha repetido, esta vez, con distintos protagonistas pero con los mismos resultados: el Mallorca sigue a la venta tras la ruptura de las negociaciones anunciada por Alemany.

Según González, Alemany le ofreció una indemnización por incumplimiento de contrato que él rechazo. Además, afirma en el comunicado que se niega "en todo momento a realizar un espectáculo impropio que sólo persigue engañar a la afición del Mallorca y ocultarle la realidad de esta abortada compra por incumplimiento de contrato por parte del actual propietario". Añade que se siente "totalmente utilizado y ninguneado por el señor Alemany que en ningún momento ha ofrecido su colaboración, ni ha facilitado el proceso de compra, más bien todo lo contrario, ya que me he encontrado con trabas permanentes y constantes por parte del actual propietario".

El empresario tinerfeño, presidente de Ecco Consultoría, asegura que ofreció a Alemany una fórmula de compra aplazada, que éste rechazó, y afirma que "siento enormemente el perjuicio que toda esta situación haya podido causar al club, su afición y a la planificación de la próxima temporada, así como la desestabilización que puede provocar en la plantilla". "Mi deseo en todo momento ha sido alcanzar un acuerdo y materializar la compra, por eso he habilitado todas las opciones posibles para poder llevar a cabo este ilusionante proyecto", ha subrayado.

La ruptura de las negociaciones con González ha tenido varias lecturas en el entorno mallorquinista, que empezó a dudar de sus intenciones cuando anuncio a bombo y platillo su deseo de fichar para la próxima temporada al argentino Juan Román Riquelme y al portugués Luis Figo, operaciones millonarias cuando la tesorería del club está en número rojos y ni siquiera se ha pagado la ficha a los futbolistas.

González ha contratacado afirmando que ha sido Alemany el que no ha cumplido con lo pactado en el precontrato, además de encontrarse con "sorpresas desagradables", como las denominó, de las denuncias de reclamaciones de cantidades formuladas por los jugadores Cléber Santana, del Atlético de Madrid, y David Navarro, del Valencia.

Alemany, propietario del club desde el pasado mes de febrero (pagó 1,5 millones de euros a Vicente Grande), ha anunciado que empezará planificar la temporada en la localidad austríaca de Kossen, sede de la pretemporada del Mallorca a donde está previsto que acuda hoy, pero en medio de un mar de dudas sobre la viabilidad económica de su proyecto, ahogado por las deudas que una auditoría ha cifrado en 45 millones de euros.